“Si mi padre me hubiese dado la atención necesaria y se hubiera portado como un padre de verdad, quizás esto nunca hubiese pasado”
Tenía solo 14 años cuando su mundo se desmoronó por completo. Su padre desapareció aunque vivía en su misma casa y su madre tampoco le prestaba atención. Tanya Kach se sentía sola y acudió a la persona menos indicada para que le brindara el amor paternal que nunca tuvo.
El guardia de su escuela, Thomas Hose, comenzó a hablarle a Kach todos los días, salían a comprar juntos cerca de la institución y conversaban mucho tiempo debajo de la escalera del colegio.
Hasta que un día, en 1997, Tanya tomó la decisión de escapar. Terminaron las clases y tomó sus cosas, corrió donde Thomas y se fueron juntos. Lo que ella no sabía era que él no pretendía su amistad. La encerró en una habitación del segundo piso de su casa, en la que vivían sus padres ancianos y su hijo. Ninguno de ellos nunca se dio cuenta de lo que realmente sucedía ahí.
“La mayor parte del tiempo comía sandwiches de mantequilla de maní y mermelada, una banana y una lata de soda. Una, a lo más dos veces a la semana, y cuando la oscuridad era total, me bajaba a una bodega con piso de cemento para ducharme“
-Dijo Kach en el programa de Dr. Phil-
Para Kach, era como estar en la casa de su novio, pero “tenía tan lavado el cerebro”, como declara en su libro “A memory of a milk carton kid”, que no se daba cuenta que Hose abusaba de ella sexualmente todos los días. Hasta que comenzó a ser violento, la amenazaba con asesinarla si escapaba y no la dejaba salir más allá de su control.
Un día Kach fue al almacén de la esquina, al que tenía permiso para ir, y le contó toda la verdad al dueño. Le dejó su nombre verdadero, no el que Hose le había dado para esconderse, y le dio una fotografía.
Una vez liberada, a Hose le dieron 15 años de condena que se han reducido por su buen comportamiento. Los padres de Tanya nunca la acogieron cuando apareció y hasta declararon que ella se había auto secuestrado durante esos 10 años.
Una historia terrible.