Cada día los pasajeros en todo el mundo intentan pasar por el control de aduanas toneladas de alimentos prohibidos. En la lista muchas veces hay cosas tan comunes como carnes crudas, quesos (especialmente azul), productos lácteos, pescado, una serie de verduras y frutas, incluso las nueces. Esta regla puede variar de país en país.
Pero ¿qué sucede con la comida confiscada en los aeropuertos por aduanas? ¿Crees que los empleados de aduanas la comparten entre sí? Para nada. A los productos alimenticios les espera uno de los siguientes tres destinos.
Se destruye
En algunos países todas las cosas confiscadas en el aeropuerto, que no representan ningún valor, simplemente se queman. Para esto existen hornos especiales.
Se recicla
Algunos aeropuertos no destruyen la comida confiscada por su cuenta. En la mayoría de los países de la Unión Europea, los contenedores con alimentos y líquidos se clasifican y se envían a centros especiales para su reciclaje. Tal vez la botella de la cual bebes agua ahora tiene algunas moléculas de aquella que fue tirada en algún aeropuerto.
Se tritura
La opción más fascinante es un cuarto con una trituradora ubicada en una terminal del aeropuerto, donde todas las frutas, verduras y productos sin fibras se trituran.
Una similar está en el aeropuerto de John Kennedy en Nueva York. Cada día en una sola terminal decomisan alrededor de 300 kg de frutas y verduras. ¿Adivina dónde terminan? Por cierto, esta es la máquina.
¿Por qué los empleados de aduanas no reparten la comida entre ellos o la donan a las personas necesitadas? Porque en esta comida pueden vivir virus, parásitos y enfermedades, así como también puede contener microorganismos nocivos e insectos. Un análisis de laboratorio es costoso, y los productos importados no comprobados pueden dañar no solo la salud de las personas sino todo el sector agricultor del país. Porque nadie puede garantizar que en una carga ilegal de aguacates no haya insectos raros. ¿Tú si te comerías este tipo de alimentos?