Viajamos al año 2004. Las top models más famosas queman flashes en las mejores pasarelas de Nueva York, París y Milán. Es la época en la que se contratan modelos particularmente huesudas. Una presión añadida para chicas que, en la mayoría de casos, no llegan a la mayoría de edad y desean despuntar.
En un restaurante de Manhattan, Kristie Clements , editora de Vogue Australia, destapa el caso en su libro The Vogue Factor: “Estaba con una importante agente que me expresó su preocupación dejando claro que era una confidencia, ya que no quería ser la primera que diera la voz de alarma sobre la conspiración. ‘Se está poniendo muy crudo’, dijo. Miró alrededor para ver si alguien en las mesas de alrededor podía escucharla. ‘Los directores más importantes de casting piden que sean cada vez más delgadas. Tengo a 4 chicas en el hospital y otra ha empezado a comer pañuelos de papel. Aparentemente, sacia y sientes el estómago lleno’”.
Con aquel párrafo, lo que parecía un bulo del backstage, el runrún de los pasillos entre camerinos de la alta costura, se materializaba en algo peligrosamente real. En aquel momento nadie pensó que la locura pasajera de una modelo para poder optar a una nueva portada podía tener efectos colaterales en las habitaciones privadas de miles de jóvenes adolescentes. Pero son ellas las que no sólo siguen las tendencias, también copian el estilo de vida de las modelos que admiran.
Comer bolas de algodón para adelgazar pasaba a ser una neblina inquietante que podía manchar a todo un sector que establece los cánones de belleza en la sociedad. Las top models internacionales siempre han negado haber visto a ninguna compañera siguiendo la dieta del algodón. Es más, a día de hoy nos aseguran que “sigue siendo una leyenda urbana más que algo real. Es cierto que todas lo hemos escuchado y los rumores dicen que alguna de las jóvenes más prometedoras lo hacía, pero nadie se atreve a dar nombres propios ni nadie lo ha presenciado en primera persona. Las envidias entre modelos son muy malas”, aseguran.
“Cuando la alta costura exigía modelos delgadísimas es cierto que la gente se gastaba mucho dinero en entrenadores personales, tratamientos de belleza, dietas limpias, productos orgánicos, yoga, reiki y mil movidas carísimas, pero… ¿la dieta del algodón? No me lo creo. No hay ninguna prueba. Ninguna modelo ha dicho ‘Yo lo hice’“, puntualiza otra modelo en activo.
Lo cierto es que, lamentablemente, “ durante muchos años a las modelos les ha perseguido la alargada sombra de comer bolas de algodón”, aseguraba en ABC News Lynn Grefe, presidente y CEO de la Asociación Nacional de Trastornos de la Alimentación.
Uno de los casos más mediáticos fue cuando la hija modelo de Eddie Murphy, Bria Murphy, explicó en el programa de televisión Good Morning America, en junio de 2013, que ella había oído acerca de niñas que comían bolas de algodón empapadas porque estaban bajo la presión de mantenerse delgadas”. La patata caliente explotó en los medios americanos y se publicaron mil y una historia sobre la dieta del algodón. La mayoría de veces sin fuentes ni testimonios reales.
Brandl Koskie, experta nutricionista y editora de contenidos de la web Diets in Review, creía que ya lo había visto todo, pero se equivocaba. “La dieta del aire, la dieta de la solitaria, la dieta del tubo alimentador… Creía haber visto todas las dietas que existían en el mundo para perder peso, pero entonces descubrí la dieta del algodón”.
Esta supuesta dieta, tal y como se describe en diferente foros y videos de YouTube en los que se puede ver a niñas de hasta 9 años, consiste en engullir 5 bolas de algodón sumergidas en zumo de naranja, limonada u otro refresco de frutas para sentirse saciado casi sin ingerir alimentos. El único objetivo es perder peso rápidamente.
Parece ser que existen dos versiones de la dieta del algodón. La primera es parcial y consiste en ingerir bolas de algodón antes de comer para llenarse antes. Y la segunda es total y consiste en subsistir exclusivamente con bolas de algodón mojadas en zumos. Una temeridad que puede costar la vida.
“Nada bueno puede salir de esto. Absolutamente nada”, dijo Koskie, que ha seguido las tendencias en las dietas durante más de 13 años.
El doctor Arnau Casanovas de la Corporación Sanitaria Parc Taulí de Sabadell y especialista en medicina interna insiste en el peligro: “A corto plazo es cierto que la sensación de saciedad es inmediata, pero el problema principal es que a medio y a largo plazo puede provocar una grave obstrucción intestinal porque el algodón acaba tapando la mucosa esencial para una buena digestión. Es probable que derive en complicaciones digestivas cuando vuelvan a una dieta convencional”.
“El trastorno de la motilidad y el tránsito intestinal sería muy parecido al sufrimiento digestivo que padecen las mulas de la droga cuando se tragan las bolas de cocaína”, puntualiza el doctor, quien tiene muy claro cual sería el procedimiento a seguir si se encuentran con un caso. “Es evidente que estaríamos ante un problema nutricional que podría comportar problemas como la anorexia. Cada caso es un mundo, pero seguramente se trasladaría a un especialista en trastornos alimentarios. Es muy importante recalcar que lo que se conoce como la dieta del algodón NO es una dieta. Es otra cosa”.
Esa “otra cosa” que no saben los jóvenes que siguen o han seguido este radical método para adelgazar es que la mayoría de marcas que venden algodón no fabrican su producto con algodón. Es irónico, pero la dieta del algodón realmente casi no contiene algodón puro. Lo que se consume son fibras blanqueadas de poliéster con una gran cantidad de productos químicos por una cuestión de rentabilidad comercial.
“ Tu ropa está hecha de poliéster, así que la ingestión de una bola de algodón sintético es como sumergir tu camiseta en el zumo de naranja y comerlo“, sentencia la dietista Brandl Koskie.
Cuando la desesperación del adolescente por alcanzar una meta se apodera de los actos, aparecen frustraciones imposibles de creer. Dayana en el foro de Planeta Joy se sincera: “ Estoy cerca de que me expulsen de la academia de modelaje por mi peso. Estoy a tan solo 7 libras de ser expulsada y estoy desesperada buscando nuevos métodos. Mido 5’8” y peso 118 libras. El límite máximo para una mujer que mide 5’8” es 120-125 libras y tengo 18 años. Creo que consideraré esta práctica (ingerir bolas de algodón) con ensalada y ejercicio físico. Apenas estoy comenzando en la industria del modelaje y no puedo engordar“.
Vía: PG