Los resultados definitivamente no fueron los que esperaba.
Vivimos en una sociedad en donde el físico llega a ser más importante que el intelecto, la personalidad o cualquier cosa que pueda hacernos distintos. Fue en esta generación justamente en donde los desórdenes alimenticios surgieron con mayor fuerza y las modelos huesudas se convirtieron en el máximo ideal de belleza de cualquier chica. Y es que la belleza se convirtió de a poco, en un sinónimo de delgadez, cuerpos planos y tallas pequeñas.
Pasar hambre para ser delgada es un hecho que se ha masificado de forma natural, sobre todo en personas jóvenes que se ven sobrepasadas por estos nuevos e inalcanzables estándares de belleza, que de forma inconsciente nos atormentan de forma diaria.
Con este tipo de conductas, nacieron las dietas extremas que prometen quemar 1000 calorías en un par de minutos, perder 5 kilos en cinco días y parecerte a las supermodelos. Incluso, hay algunas que llegan a tal nivel de locura que sólo te permiten ingerir alimentos de un sólo color, lo que conlleva directamente a morirte de hambre comiendo solo frutillas y frambuesas.
Tras leer en un sitio web que uno de los grandes secretos de Beyoncé era su dieta vegana de 22 días, quise comprobar y experimentar las ridículas cantidades de comidas que ingieren las celebridades para verse perfectas los 365 días del año.
Creí que al ser vegetariana, la dieta no se me sería difícil en la práctica en cuanto a los tipos de platos, pero me equivoqué completamente…
A pesar de que las dietas que estipulaban en cada día parecían ser suficientes para sobrevivir el día a día, mi cuerpo comenzó a agotarse rápidamente y fue esto lo que me llevó a abandonar la dieta antes de los 22 días.
Las 8 horas que suelo dormir ya no eran suficientes para terminar el día con los ojos abiertos, aún cuando ingería la cantidad suficiente de proteínas, mi cuerpo me pedía carbohidratos o azúcar para mantenerme de pie. Sin dejar de mencionar todo el tiempo que ocupa realizar este tipo de comidas con un horario bastante ajustado.
Necesitas al menos de dos o tres horas para realizar todos los platos que estipula dieta vegana de Beyoncé, por lo que en la práctica se torna bastante difícil a menos que tengas un chef personal en tu casa.
A pesar de que me sentía liviana y mi abdomen se veía mucho más plano que el primer día, mi cuerpo no rendía las horas habituales y no tenía energía para ocupar mi tiempo libre en cosas que me divertían. Lo único que quería era dormir y dormir, ni siquiera tenía ánimo para ejercitarme.
Sin dejar de mencionar que siendo amante de la comida, los sabores que ofrecía la dieta vegana dejaban mucho que desear. Creo que eso fue uno de los grandes factores que incidió en mi estado de ánimo, el cual me hacía sentirme mucho más vulnerable a irritarme con facilidad.
Lo cierto fue que no logré durar los 22 días que estipula la dieta, sino que sólo pude comer como Beyoncé durante 7 miserables días, en los que también me sentí miserable y bajé 1,5 kilos. Sí, logré un objetivo, pero es aquí donde inevitablemente me pregunto, ¿cuál es el costo de adelgazar de esta forma?
Estoy segura y ahora aún más que cualquier cambio que queramos provocar en nuestro debe ser acompañado de lo que realmente necesita nuestro cuerpo para funcionar y ¡lo que nos hace felices!
Creo que inevitablemente bajo mi condición de ser vegetariana y no vegana, la falta de información me jugó una mala pasada al no saber en detalle, qué productos de origen animal como la leche y el huevo, podían suplirse por alimentos de origen vegetal, y quizás este factor también influyó en que mis comidas fueran relativamente insípidas y poco atractivas, lo que a su vez me llevó a abandonar el desafío.
Todos somos distintos y necesitamos de múltiples factores para sentirnos bien, por lo que aún cuando nos veamos completamente sobrepasados por los inalcanzables niveles que debemos alcanzar para vernos como quienes protagonizan las portadas y deslumbran en las alfombras rojas, nunca debemos ceder ante estas ridículas y peligrosas opciones que además de producir efectos rebote, ponen en riesgo el motor de nuestro cuerpo.
Sin dejar de mencionar que boicotean por completo nuestro estado de ánimo y nuestras energías que tenemos por explorar cosas nuevas y ser cada días más felices. Cuida tu cuerpo, consiéntete, aliméntate sano, dile adiós a dietas ridículas, cultiva tu intelecto y sé feliz, para eso vinimos al mundo. Porque créeme que no serás mejor persona con 5 kilos menos.