Esta madre se escapó de un hospital luego de que le sacaran parte de un ÓRGANO

Sarah Lamont es el ejemplo cabal de que el amor que sienten las madres por un hijo es incomparable. Tanto es así que la historia de esta mujer de 36 años de Irlanda del Norte nos ha puesto a llorar a todos.
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Hace cuatro años había nacido Joe con una enfermedad que, desde entonces, Sarah debió sobrellevar. Hasta hace unas semanas atrás cuando decidió donarle una parte de su hígado para salvarle la vida al pequeño.
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Lo cierto es que ella fue internada en el Queen Elizabeth Hospital. Allí le extirparon una parte de su órgano y en su desesperación, decidió ir en busca de su hijo. Sin embargo él niño no se encontraba en el mismo establecimiento.
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El pequeño Joe estaba a 3 millas, en el Hospital de Birmingham. Es por eso que Sarah se levantó de su cama y, sin tener el permiso de los médicos, se tomó un taxi para reencontrarse con su hijo.
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“Sé que debería haber respetado la voluntad de los médicos, pero estaba desesperada por la idea de no volver a ver a mi hijo. Le pedí a la enfermera una bolsa de suero con antidoloríficos, me vestí y me fui. Sentí mucho dolor en la herida y tuve que pagar un taxi para volver a abrazar a mi hijo, pero no me arrepiento de lo que hice. Al contrario, volvería a hacerlo mil veces más“, contó Sarah al portal británico Mirror.
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Los riñones de Joe estaban tan dañados que debía someterse diariamente a diálisis. Y en 2016, los médicos descubrieron que su hígado estaba en serios problemas, por lo que debieron recurrir a esta operación para evitar que el niño muera desangrado.
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Ambas operaciones fueron exitosas y Sarah expresó: “Estoy feliz porque no hay ninguna señal de rechazo de mi hígado. Obviamente la recuperación tomará tiempo y Joe deberá seguir con la diálisis, pero lo peor ya pasó”.
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En mayo, esta madre soltera deberá volver al quirófano para donarle el riñón a su hijo. “La operación no me asusta para nada“, aseguró Sarah, quien luego concluyó: “Nunca fue fácil, pero espero que cambie pronto para él y para todos los niños que tienen su mismo problema. Cuando lo miro sé que hice lo correcto y no veo la hora que vuelva a sonreír“.