Hay cosas, como el vino, que mejoran con el tiempo; mientras que otras experiencias no hacen nada más que desmerecer. Volar por ejemplo.
Volar en primera clase o incluso turista era una experiencia extraordinaria en los años 70. Entonces subirse a un avión, era como alojarse en un buen hotel.
Volviendo al pasado, estas antiguas fotografías te demostrarán que viajar en avión en los años 70 era una experiencia muy diferente que las compañías aéreas bien podrían recuperar, si no quieren continuar perdiendo viajeros en favor de otro medios de transporte como el tren de alta velocidad.
Aunque empezaron a operar durante la década de los ’50, las aerolíneas comerciales no lograron su máximo apogeo hasta los principios de los 70’s.
Para lograrlo, las aerolíneas se propusieron dar un trato excelente, centrado en la comodidad del cliente.
Volar debía de ser una experiencia inolvidable que te animase a repetir y, recomendarlo a tus familiares y amigos.
Al menos la tripulación continúa siendo tan carismática como entonces.
Aunque los servicios ofrecidos por las aerolíneas sean mucho menores hoy día.
Los aviones contaban con mesas para grupos y favorecían la interacción de los pasajeros.
Incluso en la clase turista, contaba con estos espacios de encuentro.
Los pasillos y asientos eran más amplios y en general el avión se percibía como un medio de transporte espacioso.
Las zonas de descanso o la cafetería, tenían su propio asistente de vuelo, y no había que esperar a que alguien del personal apareciera.
La primera clase era aun más amplia y contaba con asientos en cuero y materiales nobles.
Las mesas de cuatro eran más grandes que las que muchos jóvenes tienen hoy en día en sus microviviendas.
Con estos maravillosos espacios es fácil comprender por qué las aerolíneas de entonces no recibían muchas quejas.
En la actualidad, el servicio de atención al cliente de las aerolíneas atiende miles de reclamaciones al día. Y aunque resulta algo más barato, en muchas ocasiones el vuelo es tan tedioso que no siempre compensa.
Menos personal, menos espacio, menos derechos e imaginativas promociones y servicios durante el vuelo, que no paran de molestar a viajero, impidiéndole descansar o relajarse.
Todo diseñado para maximizar el beneficio de las compañías.
Definitivamente me hubiera encantado viajar en alguno de estos vuelos, ¿y a ti?