Muchas personas creen que cuando un personaje histórico o famoso muere, su cuerpo puede valer millones de dólares. Y en realidad están en lo cierto. Estas personas son capaces de subastar las partes del cuerpo de algún famoso por mucho dinero, sin importar que vaya en contra de la religión, las leyes o la moral.
1. Charles Chaplin
Poco después de la muerte de Chaplin en la Navidad de 1977 a los 88 años, el 2 de marzo del siguiente año, dos delincuentes entraron al cementerio de la localidad Suiza de Corsier- sur-Vevey y profanaron la tumba. No tenía aún el epitafio ni la lápida.
Los ladrones, dos mecánicos de automóviles de nacionalidad polaca (Roman Joseph Wardas, de 24 años) y búlgara (Gandscho Ganev, de 38), no contaron con que la viuda de Chaplin, Oona OŽNeill, no iba a pagar un solo peso de rescate por los restos. La policía dio con los perpetradores, pero fue hasta mayo que los restos pudieron regresar a su tumba.
2. Juan Domingo Perón
El ex presidente argentino murió el 1 de julio de 1974. Trece años después, el 29 de junio de 1987, su tumba fue profanada por desconocidos. Fueron sus sustraídos de su ataúd su gorra militar y su sable, del cadáver que había sido embalsamado fueron cortadas sus manos con una sierra eléctrica.
La carta por la que se dieron cuenta de la profanación exigía 8 millones de dólares por la restitución, pero su partido se negó a pagar. Aunque existen varias versiones, nunca se ha logrado establecer quién fue el culpable del robo.
3. William Shakespeare
Hay muchas teorías al respecto del robo que apenas se confirmó el año pasado. Una de ellas habla de que un cazador de trofeos se hubiera llevado el cráneo del escritor en 1794. Este rumor causó que un grupo de investigadores exploraran la tumba del personaje, sin tener que abrirla. Encontraron una extraña alteración en la parte de su cabeza. La investigación concluyó que es muy seguro que el cráneo de Shakespeare no esté en su tumba.
4. Fréderic Chopin
El compositor murió en París el 17 de octubre de 1849, falleció lejos de su Polonia, pero entre sus últimos deseos estaba que una parte de su cuerpo regresara a su país. Así que poco después de morir, su hermana Ludwika, hizo que se abriera la tumba y le fuera retirado el corazón para que pudieran llevarlo en un frasco de coñac.
En 1879, el corazón de Chopin fue colocado en un pilar de la iglesia de la Santa Cruz en Varsovia, por tratarse de un símbolo nacional, el corazón del músico fue custodiado por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Una vez que terminó la ocupación, regresó a su sitio donde los polacos lo pueden honrar.
5. Benito Mussolini
Después de que fuera descubierto y fusilado el 28 de abril de 1945, El Duce no descansó en paz. Su cadáver fue “paseado” por varios años. Primero se supo que un auto transportaba el cadáver ,en 1946. Fue colocado en una caja y enterrado por unos meses, pero el 23 de abril de 1946 un grupo de simpatizantes fascistas robó el cuerpo, que peregrinó por dos semanas en las calles de Milán.
Finalmente el cadáver fue entregado a un grupo de sacerdotes que lo colocaron en un armario debajo del altar de una iglesia. Para 1957, doce años después de la muerte del dictador, el gobierno italiano entregó sus restos a la familia de Mussolini, que le dio cristiana sepultura en San Cassiano.
6. René Descartes
Descartes murió a los 54 años a causa de una neumonía, el 11 de febrero de 1650 en Estocolmo, Suecia, donde fue enterrado. En 1666, Francia recuperó los restos, pero no el cráneo, robado por uno de los guardias suecos, dolido de que Suecia pudiera verse privado de los restos de una persona tan célebre. Nadie recordó el cráneo hasta que en 1818 se inhumó el cuerpo en la iglesia de Saint-Germain-des-Prés. El químico sueco Berzelius encontró la cabeza y se la entregó a la Academia de las Ciencias en 1821.
7. Rasputín
Grigori Yefímovich Rasputín es uno de los grandes misterios de la historia. Murió en circunstancias que no han sido bien explicadas, pero se cree que uno de los primos del zar de Rusia, de quien el monje era asesor, lo envenenó y luego le disparó para finalmente dejarlo ahogar en el río Neva. Se cree que los asesinos mutilaron el cadáver de Rasputín antes de dejarlo en el agua. Pero hay una versión que apunta que una mujer u hombre, por su posible homosexualidad, profanó la tumba del monje y cortó su pene para guardarlo como recuerdo. La reliquia fue pasando de mano en mano hasta que llegó al Museo Nacional de Arte Erótico en aquel país.
8. Wolfgang Amadeus Mozart
El músico murió en 1791 a los 35 años, fue enterrado en una fosa común en Viena, pero unos días después del entierro, un sacristán anudó un alambre al cuello para poder reconocerlo. En 1801, cuando se vació la fosa, el sacristán buscó los restos y se quedó con el cráneo. Lo heredó a su sucesor, quien lo entregó a un amante de la música, que lo dio a su hermano, Joseph Hyrtl, prefesor de anatomía y propietario de una colección de cráneos muy grande en Europa. El cráneo está hoy en el Mozarteum de Salzburgo.
9. Napoleón Bonaparte
Napoléon murió a los 51 años durante su exilio en la isla de Santa Elena. Su médico personal le hizo la necropsia y retiró su corazón y estómago, que guardo en tarros. Napoléon quería ser enterrado junto al Sena, pero al gobierno no le hacía mucha gracia, así que introdujeron el cadáver y sus vísceras en cuatro ataúdes y enterraron al ex emperador en un bosque de la isla.
Veinte años después, los franceses reclamaron los restos, los trasladaron a París y los inhumaron, pero Napoléón estaba incompleto, no tenía corazón, estómago, pero tampoco pene. En 1916 el miembro se subastó en Londres.
10. María Callas
El 16 de septiembre de 1977, María tenía un fuerte dolor en el lado izquierdo de su cuerpo. Desayunó y se desmayó, alguien le dio un café fuerte y antes de que llegara el doctor la cantante murió. Su funeral se realizó el 20 de septiembre y su cuerpo fue incinerado, pero las razones de su muerte nunca quedaron claras, algunos creían que se había suicidado. Unos meses después, la urna con sus cenizas fue robada y encontrada unos días más tarde. Tras la recuperación de los restos, las cenizas fueron esparcidas en el mar Egeo.