El por qué del agujero en la paleta de caramelo y 4 misterios más que NO conocías

A veces, ignoramos para qué sirven algunos de los detalles que encontramos en diferentes productos de alimentación de uso diario. Se supone que son tan sencillos que no necesitan manual de instrucciones ni una leyenda que describa para qué sirven o por qué existen. Pero la verdad es diferente y la explicación no resulta siempre tan evidente a simple vista… Seguro que estas observaciones cambiarán tu forma de verlos.

Estos son los 5 productos de alimentación con pequeños misterios por resolver:

1. El agujero del palo de las paletas de caramelo o chupetas:

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 Discretamente escondido detrás del caramelo, el palo tiene un agujero. Pero, ¿cuál es el misterio que esconde ese pequeño orificio? Además de ayudar a los más pequeños a tener un silbato minimalista, resulta que está ahí por varios motivos: una de las razones de su existencia es asegurar que el dulce quede bien sujeto por dentro y fuera; y la otra, para proteger a los pequeños y mayores de la asfixia en caso de tragarse el palo.

2. Los sobres alargados de azúcar

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Cuenta la leyenda que el señor que inventó los sobres de azúcar se acabó suicidando porque nadie supo entender cómo se utilizaban. Aunque la historia no tiene nada que ver con la realidad, no los abrimos bien. Mientras que la mayoría de seres humanos agitan el sobre, lo rasgan por un lado y ensucian la mesa; el hombre diseñó el envoltorio para partirlo por la mitad (como si se tratase de un lápiz) sobre la taza y así el contenido cae en la bebida y no hace falta sacudirlo. Por eso, el azúcar está comprimido sin apenas haber aire en los sobres.  

3. El agujero en la anilla de las latas de refresco

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El agujero que tiene la anilla bien podría no existir, la función de abrir la lata es posible. Pero sin dejar nada al azar, la anilla tiene otra gran utilidad: meter una pajita. De esta manera, se puede beber sin preocupaciones de que se derrame la bebida. Uno de los extremos de la anilla queda unido a la lata y el otro es libre de movimiento. Esto permite mover el agujerito hacia la abertura de la lata, introducir la pajita y tomar el refresco sin tener que hacerlo directamente con la boca. La pajita no se moverá ni saldrá, por no hablar de lo higiénico que es.  

4. La apertura de las bolsas de patatas fritas

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Si eres de los que abre la bolsa por la parte superior: ¡mal hecho! De esta manera es muy incómodo comer una o más personas. De hecho, cuando estás llegando a los últimos chips tienes que introducir la mano entera con la consecuencia de pringarte con la grasa de las paredes interiores del envase. Las bolsas de aperitivos están diseñadas para que sean abiertas rompiendo el centro de la bolsa (en horizontal) y sean rasgadas poco a poco haciendo círculos, quedando un bol o bandeja estupenda para servir los aperitivos sin necesidad de verterlos en un cuenco real.

5. El ‘huevo Kinder’ amarillo

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Este dulce forma parte de la niñez: chocolate con leche por fuera, blanco por dentro y la cápsula amarilla que escondía el juguete. Quizás no te lo hayas planteado, pero el estuche amarillo que hay dentro tiene ese color por algo. En España se le ha llamado huevo Kinder y por eso es fácil deducir que representa la yema, pero en otros países simplemente al ser simplemente Kinder Sorpresa  no es tan evidente.

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