7 Crímenes perturbadores sin resolver que sacudieron a España ¡Te quitarán el sueño!

Siempre que se habla de crímenes las autoridades del mundo entero aseguran que no existe el crimen perfecto, y con los avances de la tecnología cada vez es más escaso los crímenes que se quedan sin resolver, sin embargo hay algunos que aún las autoridades no han podido resolver y que de alguna manera siguen afectando a la opinión pública por tratarse de hechos totalmente escalofriantes, hoy te vamos a enseñar 7 crímenes  sin resolver que sacudieron a España, echa un vistazo:

Este artículo contiene partes que pueden herir la sensibilidad de algunos lectores.

1. El crimen del cortijo de Los Galindos.

La tarde del 22 de julio de 1975, los trabajadores volvían después de un caluroso día de faena en el campo hacia la finca de 'Los Galindos', situada a tan solo 53 kilómetros de Sevilla, cuando se toparon con una espeluznante escena: un quíntuple asesinato, realizado con tres armas diferentes y en tres puntos distintos de la propiedad.Las víctimas del brutal asesinato fueron Manuel Zapata, capataz de la finca, y su mujer, Juana Martín, embarazada de seis meses, asesinados a golpes con una pieza de acero y posteriormente calcinados en el cobertizo del cortijo. Sobre sus camas y con el rostro irreconocible por los golpes producidos, aparecen los cuerpos de José González, tractorista, y su esposa, Asunción Peralta, golpeados con otra pieza distinta a la de Zapata y Martín. Fuera, en una cuneta, aparece Ramón Parrilla, también tractorista, muerto con los brazos destrozados en un vano intento de protegerse de los disparos de una escopeta. Todo apunta a que este último perdió la vida por aparecer por sorpresa en el momento equivocado.El crimen fue todo un escándalo y la brutalidad de los asesinatos no solo conmocionó (y marcó durante años) a los vecinos de Paradas, el pueblo más cercano, donde todos los vecinos se conocían, sino a España entera. Se sospecha que la mala ejecución de la investigación, donde se barajó desde el crimen 'pasional' hasta el tráfico de drogas, convirtió el caso de Los Galindos en un crimen perfecto, al no poder llegar a determinarse qué sucedió en realidad ni quién es el culpable.

La tarde del 22 de julio de 1975, los trabajadores volvían después de un caluroso día de faena en el campo hacia la finca de ‘Los Galindos’, situada a tan solo 53 kilómetros de Sevilla, cuando se toparon con una espeluznante escena: un quíntuple asesinato, realizado con tres armas diferentes y en tres puntos distintos de la propiedad.

Las víctimas del brutal asesinato fueron Manuel Zapata, capataz de la finca, y su mujer, Juana Martín, embarazada de seis meses, asesinados a golpes con una pieza de acero y posteriormente calcinados en el cobertizo del cortijo. Sobre sus camas y con el rostro irreconocible por los golpes producidos, aparecen los cuerpos de José González, tractorista, y su esposa, Asunción Peralta, golpeados con otra pieza distinta a la de Zapata y Martín. Fuera, en una cuneta, aparece Ramón Parrilla, también tractorista, muerto con los brazos destrozados en un vano intento de protegerse de los disparos de una escopeta. Todo apunta a que este último perdió la vida por aparecer por sorpresa en el momento equivocado.

El crimen fue todo un escándalo y la brutalidad de los asesinatos no solo conmocionó (y marcó durante años) a los vecinos de Paradas, el pueblo más cercano, donde todos los vecinos se conocían, sino a España entera. Se sospecha que la mala ejecución de la investigación, donde se barajó desde el crimen “pasional” hasta el tráfico de drogas, convirtió el caso de Los Galindos en un crimen perfecto, al no poder llegar a determinarse qué sucedió en realidad ni quién es el culpable.

2. El crimen de Macastre.

El 14 de enero de 1989, los tres adolescentes Rosario Isabel Sayete, Francisco Valeriano y Pilar Ruiz se fueron de acampada a una caseta en los montes de Catadau, cerca de la localidad valenciana de Macastre. No se volvió a saber de ellos.El 19 de enero un pastor encontró el cadáver de Rosario, de 15 años, en una caseta. El 8 de abril se encontró en mitad del monte el cuerpo en avanzado estado de descomposición de Francisco, de 14 años. El 24 de mayo, unos niños encontraron el cuerpo de Pilar, de 15 años, cerca de un río de las proximidades, le faltaban un pie y una mano que habían sido cortados con una sierra mecánica y su rostro estaba completamente desfigurado. Su pie apareció días más tarde en una calle de un pueblo cercano que años más tarde sería conocido en toda España: Alcàsser.En un primer momento, debido a la edad de las tres víctimas, la policía elaboró una hipótesis en torno al mundo de las drogas, las noche y un posible paro cardíaco por consumo de estupefacientes. Sin embargo, cuando apareció el cadáver de Pilar, esta hipótesis se vino abajo: una posible triple muerte accidental pasa a convertirse en un triple asesinato.En la caseta donde pasaron su última noche se encontraron, además de las huellas de los tres adolescentes, unas huellas desconocidas que nunca pudieron identificarse. El crimen jamás pudo resolverse y, a excepción de las familias, la gente comenzó a olvidarse de lo sucedido en Macastre. Años más tarde, tras el asesinato de las niñas de Alcásser, la policía preguntó a uno de los principales sospechosos, Miguel Ricart, si había tenido algo que ver con el asesinato de Rosario, Francisco y Pilar. Ricart negó toda relación con los crímenes.

El 14 de enero de 1989, los tres adolescentes Rosario Isabel Sayete, Francisco Valeriano y Pilar Ruiz se fueron de acampada a una caseta en los montes de Catadau, cerca de la localidad valenciana de Macastre. No se volvió a saber de ellos.

El 19 de enero un pastor encontró el cadáver de Rosario, de 15 años, en una caseta. El 8 de abril se encontró en mitad del monte el cuerpo en avanzado estado de descomposición de Francisco, de 14 años. El 24 de mayo, unos niños encontraron el cuerpo de Pilar, de 15 años, cerca de un río de las proximidades, le faltaban un pie y una mano que habían sido cortados con una sierra mecánica y su rostro estaba completamente desfigurado. Su pie apareció días más tarde en una calle de un pueblo cercano que años más tarde sería conocido en toda España: Alcàsser.

En un primer momento, debido a la edad de las tres víctimas, la policía elaboró una hipótesis en torno al mundo de las drogas, las noche y un posible paro cardíaco por consumo de estupefacientes. Sin embargo, cuando apareció el cadáver de Pilar, esta hipótesis se vino abajo: una posible triple muerte accidental pasa a convertirse en un triple asesinato.

En la caseta donde pasaron su última noche se encontraron, además de las huellas de los tres adolescentes, unas huellas desconocidas que nunca pudieron identificarse.

El crimen jamás pudo resolverse y, a excepción de las familias, la gente comenzó a olvidarse de lo sucedido en Macastre. Años más tarde, tras el asesinato de las niñas de Alcásser, la policía preguntó a uno de los principales sospechosos, Miguel Ricart, si había tenido algo que ver con el asesinato de Rosario, Francisco y Pilar. Ricart negó toda relación con los crímenes.

3. El asesinato de Carmen Broto ‘Cascabelitos’.

Carmen Broto, más conocida como 'Cascabelitos', era una de las prostitutas de lujo más conocidas de Barcelona durante la década de 1940. En 1949, la policía recibió el aviso de un ciudadano que acababa de encontrar un coche con los cristales rotos y manchas de sangre. Dentro del vehículo se encontraba la documentación de Carmen Broto, conocida en los ambientes nocturnos de Barcelona.Cuando llegó la policía e investigó en las inmediaciones, se dieron cuenta de la existencia de una tapia cercana con tierra recién removida y una pala con más manchas de sangre. Nada más cavar encontraron el cuerpo de 'Cascabaletitos', con su abrigo de astracán pero sin joyas encima.La policía se puso a investigar a los hombres que rodeaban la vida de Broto y las pruebas apuntaron a Jesús Navarro Manau, un canalla de la noche barcelonesa que proporcionaba cocaína y sexo a gente rica. Se dedujo como móvil del crimen el robo de un tercero, del que Jesús Navarro culparía a Broto fingiendo su desaparición. Sin embargo, nunca se pudo demostrar esta hipótesis.Otras teorías van más allá: se sospechaba que Carmen Broto podía molestar a alguien muy poderoso y que por eso ordenaron su asesinato, se comentó que Carmen Broto había comenzado a chantajear a algunos clientes con fotografías comprometidas, que era confidente de la policía e incluso que suministraba menores al obispo de Barcelona. Sea como fuere, a día de hoy nadie sabe quién mató a 'Cascabelitos'.

Carmen Broto, más conocida como ‘Cascabelitos’, era una de las prostitutas de lujo más conocidas de Barcelona durante la década de 1940. En 1949, la policía recibió el aviso de un ciudadano que acababa de encontrar un coche con los cristales rotos y manchas de sangre. Dentro del vehículo se encontraba la documentación de Carmen Broto, conocida en los ambientes nocturnos de Barcelona.

Cuando llegó la policía e investigó en las inmediaciones, se dieron cuenta de la existencia de una tapia cercana con tierra recién removida y una pala con más manchas de sangre. Nada más cavar encontraron el cuerpo de ‘Cascabaletitos’, con su abrigo de astracán pero sin joyas encima.

La policía se puso a investigar a los hombres que rodeaban la vida de Broto y las pruebas apuntaron a Jesús Navarro Manau, un canalla de la noche barcelonesa que proporcionaba cocaína y sexo a gente rica. Se dedujo como móvil del crimen el robo de un tercero, del que Jesús Navarro culparía a Broto fingiendo su desaparición. Sin embargo, nunca se pudo demostrar esta hipótesis.

Otras teorías van más allá: se sospechaba que Carmen Broto podía molestar a alguien muy poderoso y que por eso ordenaron su asesinato, se comentó que Carmen Broto había comenzado a chantajear a algunos clientes con fotografías comprometidas, que era confidente de la policía e incluso que suministraba menores al obispo de Barcelona. Sea como fuere, a día de hoy nadie sabe quién mató a ‘Cascabelitos’.

4. El triple crimen de Burgos.

El 7 de junio de 2004, un matrimonio y su hijo de 12 años fueron asesinados a cuchilladas en su casa en Burgos. Salvador Barrio, de 53 años, recibió un total de 50 puñaladas, Julia dos Ramos, de 47, recibió 17 y el hijo de ambos, Álvaro, recibió 32 puñaladas. La policía, después de descartar motivos económicos, empezó a sospechar de Rodrigo, el otro hijo de 16 años del matrimonio, al que su padre había llevado aquella misma noche al autobús que le llevaba a un internado de Aranda del Duero donde estudiaba. Rodrigo era un chico conflictivo, sus padres lo habían manifestado así en más de una ocasión y los vecinos estaban al tanto. Sin embargo, aunque Rodrigo fue detenido no tardó en ser puesto en libertad. Por un lado, no tenían pruebas suficientes para inculparle y por otro, no imaginaban a aquel chaval de 16 años cometiendo un 'crimen perfecto' (el asesino solamente dejó una huella de su zapatilla) y con tantísimo ensañamiento. El crimen sigue sin resolverse.

El 7 de junio de 2004, un matrimonio y su hijo de 12 años fueron asesinados a cuchilladas en su casa en Burgos. Salvador Barrio, de 53 años, recibió un total de 50 puñaladas, Julia dos Ramos, de 47, recibió 17 y el hijo de ambos, Álvaro, recibió 32 puñaladas.

La policía, después de descartar motivos económicos, empezó a sospechar de Rodrigo, el otro hijo de 16 años del matrimonio, al que su padre había llevado aquella misma noche al autobús que le llevaba a un internado de Aranda del Duero donde estudiaba. Rodrigo era un chico conflictivo, sus padres lo habían manifestado así en más de una ocasión y los vecinos estaban al tanto. Sin embargo, aunque Rodrigo fue detenido no tardó en ser puesto en libertad. Por un lado, no tenían pruebas suficientes para inculparle y por otro, no imaginaban a aquel chaval de 16 años cometiendo un “crimen perfecto” (el asesino solamente dejó una huella de su zapatilla) y con tantísimo ensañamiento.

El crimen sigue sin resolverse.

5. El crimen de Soledad Donoso.

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El 28 de septiembre de 1992, Soledad Donoso, una joven cordobesa de 18 años, salió de su casa a a las 17:45 de la tarde para ir a trabajar a la pizzeria donde llevaba trabajando un año. Una hora y media después, su familia recibió una llamada del dueño del restaurante para informar de que Soledad no había aparecido. Comenzó la búsqueda.Doce días después de su desaparición, un cazador encontró su cadáver en una zona de acceso limitado en el río Guadalquivir mientras salía a cazar patos. El cuerpo sin vida de Soledad Donoso estaba en avanazado estado de descomposición y solo pudieron reconocerla por la ropa. La autopsia determinó que Soledad Donoso había fallecido el mismo día que desapareció. Su cuerpo tenía la ropa puesta, pero su cabeza se encontraba a un metro del resto del cuerpo, descarnada y con el pelo arrancado, tampoco tenía una de las manos y a su cuello le faltaban vértebras. La Policía sospechó de dos hombres: un chico con el que había tonteado durante la Feria de Córdoba que pronto quedó en libertad y un hombre, apodado 'Fali', que mantenía con Donoso una aventura a espaldas de su pareja que su círculo cercano calificaba como 'tóxica'. La Policía tampoco pudo demostrar su autoría en el asesinato de Donoso. A día de hoy, el crimen de Soledad Donoso sigue sin resolverse.

El 28 de septiembre de 1992, Soledad Donoso, una joven cordobesa de 18 años, salió de su casa a a las 17:45 de la tarde para ir a trabajar a la pizzeria donde llevaba trabajando un año. Una hora y media después, su familia recibió una llamada del dueño del restaurante para informar de que Soledad no había aparecido. Comenzó la búsqueda.

Doce días después de su desaparición, un cazador encontró su cadáver en una zona de acceso limitado en el río Guadalquivir mientras salía a cazar patos. El cuerpo sin vida de Soledad Donoso estaba en avanazado estado de descomposición y solo pudieron reconocerla por la ropa.

La autopsia determinó que Soledad Donoso había fallecido el mismo día que desapareció. Su cuerpo tenía la ropa puesta, pero su cabeza se encontraba a un metro del resto del cuerpo, descarnada y con el pelo arrancado, tampoco tenía una de las manos y a su cuello le faltaban vértebras.

La Policía sospechó de dos hombres: un chico con el que había tonteado durante la Feria de Córdoba que pronto quedó en libertad y un hombre, apodado “Fali”, que mantenía con Donoso una aventura a espaldas de su pareja que su círculo cercano calificaba como “tóxica“. La Policía tampoco pudo demostrar su autoría en el asesinato de Donoso. A día de hoy, el crimen de Soledad Donoso sigue sin resolverse.

6. Los crímenes de la calle Bonico.

El barrio de ses Salines, situado en el sur de Mallorca, todavía se pregunta cómo en la misma calle se produjeron dos asesinatos tan similares en dos años distintos. Mateu Ferrer Barceló, de 65 años, fue asesinado de un fuerte golpe en 1984 y Andreu Burguera Vidal, de 70, murió por apuñalamiento en 1993. Ambos eran jubilados, vivían completamente solos y llevaban una vida solitaria. La policía cerró ambos casos indicando que los asesinatos se habían producido por 'rencillas triviales': el primer hombre había discutido con sus vecinos por motivos de escasa importancia y el segundo se había quejado de su hijo con sus amigos del bar. Los dos asesinatos siguien sin resolver.

El barrio de ses Salines, situado en el sur de Mallorca, todavía se pregunta cómo en la misma calle se produjeron dos asesinatos tan similares en dos años distintos. Mateu Ferrer Barceló, de 65 años, fue asesinado de un fuerte golpe en 1984 y Andreu Burguera Vidal, de 70, murió por apuñalamiento en 1993. Ambos eran jubilados, vivían completamente solos y llevaban una vida solitaria.

La policía cerró ambos casos indicando que los asesinatos se habían producido por “rencillas triviales”: el primer hombre había discutido con sus vecinos por motivos de escasa importancia y el segundo se había quejado de su hijo con sus amigos del bar. Los dos asesinatos siguien sin resolver.

7. Las dos mujeres desaparecidas en Mallorca y el sospechoso al que la Policía no puede culpar.

Dos mujeres desaparecieron en Mallorca con 11 años de diferencia y un solo vínculo en común: Antonio S. O, de profesión manitas, que poseía una tienda de souvenirs en Cala Major justo al lado del bar de la primera desaparecida y que compró un apartamento por 150.000 euros a la segunda desaparecida.La primera desaparecida, Ángeles Arroyo, regentaba un bar y desapareció sin dejar rastro. Los vecinos y conocidos alertaron de una trifulca que había tenido con el principal sospechoso. La Policía le tomó declaración, pero este reconoció haber tenido una discusión sin importancia con Arroyo y, a falta de pruebas, la policía le dejó en libertad.Once años más tarde, en 2007, el mismo sospechoso se vio envuelto en la misteriosa desaparición de Margalida Bestard, quien llevaba unos cuántos meses detrás de Antonio S.O, para pedirle que pagase el impuesto de basuras del Ayuntamiento y cambiase su titularidad. Unos días más tarde, Bestard desapareció.A pesar de sus sospechas, la Policía nunca ha podido llegar a demostrar la culpabilidad de Antonio. La Guardia Civil pensó que Margalida Bestard estaba emparedada en el garaje de Antonio, pero jamás la encontraron. Las mujeres continúan desaparecidas. La familia de Bestard ha declarado que 'estamos ante el maestro del asesinato'.

Dos mujeres desaparecieron en Mallorca con 11 años de diferencia y un solo vínculo en común: Antonio S. O, de profesión manitas, que poseía una tienda de souvenirs en Cala Major justo al lado del bar de la primera desaparecida y que compró un apartamento por 150.000 euros a la segunda desaparecida.

La primera desaparecida, Ángeles Arroyo, regentaba un bar y desapareció sin dejar rastro. Los vecinos y conocidos alertaron de una trifulca que había tenido con el principal sospechoso. La Policía le tomó declaración, pero este reconoció haber tenido una discusión sin importancia con Arroyo y, a falta de pruebas, la policía le dejó en libertad.

Once años más tarde, en 2007, el mismo sospechoso se vio envuelto en la misteriosa desaparición de Margalida Bestard, quien llevaba unos cuántos meses detrás de Antonio S.O, para pedirle que pagase el impuesto de basuras del Ayuntamiento y cambiase su titularidad. Unos días más tarde, Bestard desapareció.

A pesar de sus sospechas, la Policía nunca ha podido llegar a demostrar la culpabilidad de Antonio. La Guardia Civil pensó que Margalida Bestard estaba emparedada en el garaje de Antonio, pero jamás la encontraron. Las mujeres continúan desaparecidas. La familia de Bestard ha declarado que “estamos ante el maestro del asesinato”.

Vía: Buzzfeed