Las perturbadoras imágenes de los niños angelitos que eran fotografiados luego de morir (+16 Fotos)

En el mudo artístico hay muchísimas ideas, moldeadas según tendencias y creencias de cada época. Así fue cómo en el siglo XIX estaban de moda las fotos post-mortem. Desde Estados Unidos a Europa, los familiares solían tomar una fotografía para inmortalizar a esos seres queridos que en acababan de partir. En algunos casos, los tomaban con los ojos cerrados, pero en otros (sumamente espeluznantes), estaban mirando a la cámara.

La fotografía de difuntos fue una práctica que nació poco después que la fotografía (un 19 de agosto de 1839) en París, Francia, que luego se extiende rápidamente hacia otros países. La práctica consistía en vestir el cadáver de un difunto con sus ropas personales y participarlo de un último retrato grupal, con sus compañeros, familiares, amigos, o retratarlo individualmente. La fotografía mortuoria no era considerada morbosa, debido a la ideología social de la época del Romanticismo. En dicho período se tenía una visión nostálgica de los temas medievales y se concebía la muerte con un aire mucho más sentimental, llegando algunos a verla como un privilegio.

En la religión católica de América los niños que morían sin pecado original por haber sido bautizados y sin ningún otro pecado en vida, iban directamente al cielo para convertirse en Angelitos, en cambio, los que no habían sido bautizados eran enterrados con los ojos abiertos para que pudiesen ver la gloria del señor, y se dice que iban al Limbo, tal como lo describe Dante Alighieri en La Divina Comedia.

En algunas de las imágenes, hasta se puede ver algunas huellas que pueden indicar los posibles motivos de la muerte. En algunas, parecen enfermedades, por ejemplo. El sitio Thanatos publicó algunas de las imágenes de sus archivos y estas son las que más nos impresionaron:

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