Llega un momento en la vida en el que sencillamente ya no te preocupas más por nada. Para mucha gente, esto es en la vejez. Para otros, les dejó de importar lo que pensaran los demás en el momento en que llegaron al mundo.
Quizá pienses que estamos incitando a la anarquía, pero en realidad es algo más simple. Cada día nos enfrentamos a incontables expectativas y códigos sociales que dictan nuestro comportamiento e inhiben nuestra individualidad. Te sorprendería el alivio que supone dejar de preocuparse de lo que otros piensen sobre ti. Mientras nadie salga herido, tú a lo tuyo.