Nadie puede explicar su enorme vientre. Lo que los médicos ven en los rayos X los deja sin aliento

Era inexplicable. Esta mexicana de 24 años sufría problemas de sobrepeso y por eso había decidido hacer dieta, pero aunque el resultado comenzó a verlo pronto en los brazos, piernas y en la cara, su vientre seguía creciendo de forma descontrolada.

La cosa iba de mal en peor. La chica comenzó incluso a tener problemas para caminar, comer y respirar, y tuvo que ser llevada a los servicios de urgencias del Hospital General de México.

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En el hospital la chica fue trataba por el médico Erik Hanson Viana, quién rápidamente la envió a rayos x, y cuando las imágenes llegaron se reveló el aterrador diagnóstico.

La mujer tenía un quiste en un ovario que habían crecido hasta proporciones gigantestas.

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El quiste era tan enorme que había comenzado a aplastar otros órganos del cuerpo de la mujer.

El riesgo de un ataque al corazón era grande, y la operación de urgencia era inevitable.

“Era tan grande que ocupaba el 95 por cierto del abdomen de la mujer. Es muy inusual operar este tipo de quiste tan grande, medía medio metro de diámetro y su perímetro era de 157 cm”, cuenta el médico Erik Hanson Viana.

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Había dos alternativas: sacar lentamente el líquido del quiste y después operara, u operar directemente para extraer el quiste en su totalidad.

Aunque iba a dejar una enorme cicatriz, la mujer elegió la segunda alternativa, y era una operación de alto riesgo.

“Quitar el quiste es difícil porque la pared del quiste es de menos de un milímetro y hay que evitar que se seque, de lo contrario se puede romper”, cuenta Erik Hanson Viana.

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Como alrededor de un 20% de los quistes grandes son malignos, el quiste podía haber producido células tumorales en el cuerpo de la paciente.

Pero los médicos hicieron un trabajo impresionante: la operación se completó sin complicaciones y el quiste fue eliminado sin producir grandes daños.

Pesaba 32 kilos, el equivalente a 10 bebés recién nacidos.

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A los seis meses la mujer volvió al hospital para hacer una revisión.

Estaba completamente recuperada, podía ponerse de pie y caminar, como cualquier otra persona, y llevar una vida normal.

“Es una gran satisfacción poder cambiar la vida de una persona y saber que nunca te va a olvidar, incluso aunque se olviden de dar las gracias”, cuenta Erik Hanson Viana.

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Si no hubiese sido por el fantástico equipo médico, la mujer podría haber fallecido. 

¡No dudes en compartir esta historia para aplaudir el increíble trabajo de los médicos y enfermeras de todo el mundo, que hacen todo lo que está en sus manos para salvar nuestras vidas!

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