Cuando veo al chef Gordon Ramsay en la tele, con ese temperamento tan característico que lo hace ser odiado, me pregunto si en su casa es igual, y de ser así, cómo es que su esposa lo aguanta.
Resulta que el hombre es igual de severo con sus hijos, pues los hace seguir una serie de estrictas reglas, además de que no tienen acceso alguno a su fortuna. Pero, aunque no lo crean, no es del todo malo, pues busca darle a sus hijos una lección que, tal vez, muchos padres deberían poner en práctica.
Todo se remonta a su juventud, el Gordon dejó su hogar a la edad de 16 años, pues no soportaba el alcoholismo de su padre; además, se hizo cargo de su vida, siguió sus sueños y se abrió paso como uno de los mejores chefs del mundo, llegando a ganar lo mismo que los artistas mejor pagados.
¿Pero cuál es su razón para no darle una vida de lujos a sus hijos? Él no quiere que sean niños malcriados, y por lo mismo no le gusta mimarlos de más, ya que “ellos apreciarán más las cosas cuando las ganen por sus propios méritos”.
Ramsay, junto a su pareja Tana, tienen cuatro hijos: Matilda, de 15 años; Jack y Holly de 17; y Megan de 18. Recientemente, el gran padre declaró lo siguiente para un periódico local:
“Ellos no se sientan con nosotros en primera clase. Ellos no han trabajado lo suficiente para pagar primera clase. A esa edad ellos no necesitan estar en primera clase y soy estricto al respecto.
Siempre les decimos a las azafatas que se aseguren de que ellos vayan cómodos en su lado del avión, y que no nos molesten. Trabajé toda mi vida para sentarme cerca del piloto, así lo aprecias más, cuando lo ganas por tu cuenta”.
A pesar del gran salario que percibe, y las múltiples propiedades que posee, es muy cuidadoso con lo que enseña a sus hijos, y se asegura de que ellos ganen su propio dinero, hagan caridad y aprendan a ahorrar.
“Meg ya está en la universidad, y tiene un presupuesto semanal, es afortunada; otros chicos sobreviven con 50 dólares y tienen que pagar vivienda, celular y esas cosas.
“Entre más pronto les des esas responsabilidades a tus hijos, será mejor para ellos en el futuro. Todos ellos cocinan, es como una habilidad que todos aprendieron, pero saben que deben hacer una carrera, por mi nombre no ganarán nada”.
Aunque su filosofía es bastante coherente, no deja de ser el malvado chef del infierno, y añadió lo siguiente:
“Cuando muera, mi fortuna no irá para ellos, y no es para mal; no los quiero malcriar. En lo único que estuvimos de acuerdo Tana y yo es que recibirán el 25% del déposito en físico, como una casa, o un departamento”.
Tal parece que Ramsay quiere que sus hijos sean personas trabajadoras y educadas, no como muchos de los hijos de artistas, que resultan ser flojos y muy creídos.