Según las estadísticas, estamos viviendo en el tiempo más tranquilo de toda la historia de la humanidad. Pero no te relajes demasiado, el mundo sigue siendo un lugar peligroso.
Reunimos para ti 7 hábitos sencillos que aumentarán tu nivel de seguridad.
1. Siempre encuentra, al menos, tres salidas
Donde quiera que vayas, al concierto, a la estación de tren, o al supermercado, una librería, escuela, oficina, aeropuerto… tan pronto como llegues al lugar deseado, enseguida encuentra tres salidas. A veces es fácil, entonces memoriza cuál de ellas se ubica más próxima a ti. Otras veces será más complicado y encontrarás una sola puerta. Sigue observando hasta que encuentres por lo menos 3 maneras de salir del sitio. Incluso si sólo existe una puerta, sin duda habrá otras fórmulas para salir del edificio, como, por ejemplo, grandes ventanas bajas.
¿Por qué es importante? Si sucede algo malo, será demasiado tarde para buscar las salidas. Pero si las encontraste y las memorizaste con antelación, podrás empezar inmediatamente a moverte hacia ellas prácticamente en modo automático.
2. Juega a “encontrar al hombre malo”
Este es un pequeño juego divertido que, además, puede alejarte del peligro. Cuando estés en un edificio, en la calle o en el transporte público, echa un vistazo a los demás. ¿Quién te parece el “hombre malo”? Tal vez, veas a un hombre que apunte a ser el culpable, el enojado o el asustado, que observa fijamente a alguien o mira a su alrededor con nerviosismo.
¿Por qué es importante? Nuestra intuición rara vez se equivoca. Si alguien a tu alrededor te parece peligroso, probablemente, lo es. Trata de alejarte de él.
3. Una vez en el avión, calcula la cantidad de filas hasta la salida de emergencia
En cuanto ya estés ubicado en tu asiento, cuenta atentamente el número de filas entre tu silla y la salida de emergencia más cercana. No lo olvides.
¿Por qué es importante? Si el avión se llena de humo, la iluminación de fondo puede no ser lo suficientemente brillante como para guiarte. Pero si sabes con seguridad que entre tu asiento y la salida de emergencia, por ejemplo, hay 9 filas, podrás moverte contando los reposacabezas de los asientos.
4. Entrena las manos
Cualquiera que haya intentado hacer dominadas, sabe que las manos se cansan más rápido que cualquier otro músculo. Entrena los músculos de las manos cada día, aumentando gradualmente la resistencia. Esto se puede hacer con la ayuda de pequeños expansores carpianos.
¿Por qué es importante? En muchas situaciones de emergencia, las personas que escaparon por sí solas de los edificios o vehículos, se vieron obligadas a estar colgadas, agarrándose a algo pequeño. Un agarre fuerte y los músculos de las manos entrenados, te permitirán mantenerte el tiempo que sea necesario.
5. Sube la cabeza y muévete lentamente
Por lo general, al sentir el peligro, la gente instintivamente baja la cabeza y acelera el paso. Pero es un error: se debe, por el contrario, levantar la cabeza con seguridad y reducir la velocidad al mínimo.
¿Por qué es importante? Cuando aceleras y bajas la cabeza, tú eres la presa. No importa de quién provenga la amenaza, si de un perro o una banda de matones, ralentiza tus movimientos, sube la cabeza y mira hacia el lado de tal manera que veas el peligro con una visión periférica.
6. Llaves, dinero y móvil cargado
Debes adquirir el hábito de comprobar tus bolsillos cada vez que sales de casa. Llaves, dinero y un móvil cargado son cosas que siempre deben estar al alcance de tu mano. Puedes olvidar cualquier cosa, pero estos tres objetos son indispensables.
¿Por qué son tan importantes? En caso de emergencia, siempre debes tener la posibilidad de llamar para pedir ayuda y volver a casa. El móvil puede salvarte la vida, pero no sólo a ti, también a otras personas: al ser testigo de una urgencia, puedes ponerte en contacto con los servicios de emergencia fácilmente. No olvides recargar la batería de tu teléfono antes de salir de casa o del trabajo.
7. Pide perdón si te has tropezado con alguien
Es una buena costumbre. Se requieren disculpas, no sólo por hacer honor a la cortesía. Incluso si estás seguro de que no es tu culpa, al tropezar, detente por un momento, pide perdón y sigue adelante.
¿Por qué es importante? No tienes ni idea de quién es aquel con quien tropiezas por la calle. La persona con quien te has tropezado puede llevar armas, haber consumido mucho alcohol o drogas. Puede sentirse muy enojado o molesto. Una simple disculpa puede ayudar a evitarte un grave peligro.