10 horribles relatos de una empleada de Victoria’s Secret que revelan cómo es trabajar con público

“Tenemos que doblar toda la ropa interior que tenemos en los cajones todos los días antes de cerrar, y encuentro algún tipo de fluido en la ropa casi todas las veces que tengo que doblarla”.

Si has trabajado con público sabes los contrastes que puede implicar: conversar con la peor persona del mundo durante la mañana y conocer a alguien admirable por la tarde. Como la mayoría de las cosas, es bueno tomarse con humor esos encuentros extraños o comportamientos desagradables de los clientes, y eso fue lo que hizo una usuaria de Imgur.

La mujer, que usa el nombre Zebracakes210 en dicha plataforma, compartió 10 situaciones horribles que vivió en su trabajo en la tienda de ropa interior Victoria’s Secret… y hay cosas que realmente no deberías leer mientras comes.

A continuación te dejamos sus experiencias traducidas al español íntegramente:

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“Esto sucede diariamente. Tenemos que doblar toda la ropa interior que tenemos en los cajones todos los días antes de cerrar, y encuentro algún tipo de fluido en la ropa casi todas las veces que tengo que doblarla. Es realmente asqueroso. ¡Por eso tenemos la ropa de prueba, gente!”.

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“Nunca me ha pasado algo como esto, pero estaba hablando con la gerente (que es tan hermosa que esto no me sorprende) y compartiendo historias de clientes cuando me contó de un tipo extraño que entró y pidió ayuda para encontrar algo a su novia. Le preguntó qué compraría -que ya es extraño en primer lugar- y luego le pidió que fuera al probador y se lo probara para él. Y era lencería muy mostradora. No es necesario decir que ella lo mandó a callar”.

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“Recuerdo esto muy claramente porque fue horrible. Esta mujer estuvo en la caja por al menos 30 minutos haciendo que buscásemos todo lo que se le ocurría online, lo que toma tiempo. Había mucha gente, así que yo quería que ella se fuera para tener mi funcionaria libre para atender a todos clientes. El niño junto a la mujer se quejó todo el tiempo diciendo que no se sentía bien. En lugar de ser apurarse, ella le dijo que se aguantara y sea paciente. Unos minutos después siento arcadas y suspiros. Corro a la otra habitación y veo que él vomitó todo el mostrador y el piso. Tenía trocitos de comida. Luego en lugar de disculparse y ofrecerse a limpiar, ella se dio la vuelta y se fue”.

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“En la tienda en la que estoy ahora vino un tipo que quería pedir una tarjeta de crédito. Es raro que alguien simplemente pida eso, usualmente tenemos que hablar con las personas al respecto y contarles de los beneficios. Él nos entrega una cédula de identidad y es OBVIAMENTE falsa. Como el laminado en una tarjeta de presentación. Pretendimos tomar su información y llamamos para pedir la autorización, pero en realidad solo le pedimos a las personas de crédito que enviara una carta declinando”.

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“Realmente odio cuando la gente trata de avisar de nuestras políticas para devolver productos. Y este es uno de los peores ejemplos. Esta señorita entró con tres sujetadores insistiendo que no le quedaban. Obviamente estaba usados y ella no nos podía decir claramente qué parte del sujetador no le quedaba. Estaba dándonos muchas molestias así que el gerente le dijo que solo podíamos darle crédito en la tienda si no quería el cambio, porque tampoco tenía el recibo. Tan pronto como los dimos vuelta para ver el eventual daño, vimos manchas húmedas en las copas. Había lactado en ellos”.

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“La imagen lo dice todo. Tuve que pedirle que vuelva a probador y decirle que yo le llevaría cualquier cosa que necesitara si no estaba lista para cambiarse nuevamente. Tuve un par de quejas de mamás contra mi (era supervisora en ese momento)”.

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“No sé qué decir sobre este tipo, pero venía todas las semanas comprando cosas para una chica distinta. Gastaba miles de dólares al mes en estas mujeres. No estoy aquí para juzgar, simplemente no había visto nada como eso antes y es un poco increíble para mi. Diría que estaba en sus sesenta años. Era un caballero muy simpático, pero no muy discreto sobre sus actividades recreacionales”.

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“Trabajé en una parte mala de la ciudad, donde recibíamos muchas personas drogadas o ebrias diariamente. Instantáneamente sospeché de esta mujer porque seguridad la siguió literalmente a la tienda. Era una supervisora en ese momento así que solo estaba con otra empleada con quien íbamos a cerrar. La mujer temblaba y hacía ruidos, susurrando groserías durante todo el tiempo que pasé ayudándola, cuando se agachó para buscar su talla en un cajón vi en su bolso bolsas de metanfetamina y cocaína. Ella supo que lo vi porque me miró y cerró su cartera muy rápidamente, corriendo a la caja registradora para salir de la tienda lo más rápido posible”.

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“No podría inventar esto. Bandejas de pollo frito. Olía muy mal. Eran cerca de las 8:45 (cerramos a las 9) de la noche y estas mujeres y sus hijos entran a la tienda gritando y molestando, procediendo a agacharse en los mostradores como si fuera la mesa de su cocina y romper el pollo frito llenando de grasa y trozos de pollo la ropa interior. Tuve que declarar dañados cerca de 200 dólares en ropa por las manchas de grasa y el olor. Mientras, los niños corrían y botaban los arreglos y ropas. Esto es lo más cerca que he estado de sacar a alguien de la tienda”.

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“Déjenme comenzar diciendo que he visto tantos senos de mujeres mayores que ya ni siquiera me afectan. Pero eso no significa que quiera verlas. Así que un día un hombre de 85 años lleva a su esposa a la tienda como un gesto tierno y me dice que le ayude a escoger lo que quiera, comenzando por sujetadores nuevos. Le ofrezco ayudarle y cuando me doy vuelta para ir al probador la veo luchando, y veo que está desnudándose en la mitad de la tienda. Fue muy difícil para mi mantener la compostura y no hacerla sentir mal al respecto”.

De todas formas, zebracakes210 dice que estas son cosas que han sucedido a lo largo de muchos años y que ha conocido personas extraordinarias trabajando en dicha tienda.