Con el paso del tiempo cambian también las nociones acerca de la belleza femenina.
Y las famosas palabras “la belleza requiere sacrificios” hace tiempo eran literales ¡Qué no hacían las chicas para lucir más atractivas! Locuras no probadas antes, pero que te hacian “lucir” bien de acuerdo a los estándares de belleza de la época… Aquí, 10 pruebas de que el ideal es una noción relativa y volátil, así que siempre hay que tratar las nuevas tendencias de la moda con inteligencia.
Dales un vistazo:
1. Los siglos XV–XVII: Chapines.
Las damas de los siglos XV–XVII llevaban chapines para proteger sus vestidos de la suciedad y demostrar su estatus social alto, el calzado les revelaba a los demás la personalidad y el estatus de su dueño… El alto de los chopines podía alcanzar 50 cm, por lo tanto, siempre era necesario que una sirvienta acompañara a su señora.
2. Inglaterra, siglo XVII: Piel blanca.
Estaba de moda un remedio que contenía plomo y vinagre: la piel de verdad se volvía más blanca, sin embargo, con el tiempo se ponía amarillenta y ese proceso era irreversible.
La reina de Inglaterra Isabel I era una fanática total de tales cosméticos… Su rostro llegó a ser tan blanco que entró a la historia como “la máscara de la juventud”
3. Inglaterra, siglo XVII: Patrón vascular.
Para resaltar su alto estatus social, las chicas se dibujaban con un lápiz azul las venas en el cuello, el pecho y los hombros.
4. Europa, siglo XVIII: Lunares…
Fue la época en la que era posible usar todo tipo de cosméticos y los lunares tenían un gran significado. Los lunares no solo eran parte de maquillaje sino también una herramienta para coquetear:
- Lunar medialuna: invitaba a una cita nocturna.
- Lunar en forma de cupido: significaba amor.
- Una carroza: disposición para huir juntos.
- Lunar en el labio superior: demostraba que la mujer era soltera y estaba abierta para las propuestas de matrimonio.
- Lunar en la mejilla derecha: la mujer estaba casada.
- Lunar en la mejilla izquierda: la mujer era viuda.
5. La época del Renacimiento: Frente alta y ausencia de pestañas.
La naturalidad en este período de tiempo no estaba de moda, los cosméticos se usaban activamente y el cuerpo femenino era de culto: La frente alta y redonda era lo más apetecido, y la línea de crecimiento del cabello se tenía que ubicar lo más profundo posible.
La mayoría de las chicas se rapaban el cabello encima de la frente para crear el look tan deseado… También cada chica creía necesario deshacerse de las pestañas por completo usando pinzas comunes.
6. Época victoriana: Vestidos verdes.
En la época victoriana fue inventado el colorante verde, que se volvió un verdadero hit entre las mujeres, el color fue llamado “el verde Scheele”.
Para crear Scheele, se usaba una mezcla de arsénico y cobre, esta mezcla poco a poco mataba a la dueña del vestido, el colorante entraba a las membranas mucosas causando irritación y también penetraba en la piel… Las paredes de las casas se pintaban del mismo color, exponiendo a las personas a un gran riesgo.
7. La época victoriana: Morderse los labios.
La reina Victoria prohibió usar cosméticos. Aún así las mujeres encontraron una salida de esta situación, en vez de colorete y pintalabios tenían que pellizcarse las mejillas fuertemente y morderse los labios.
8. Siglo XIX: Arsénico para la belleza.
En el siglo XIX estaba de moda ingerir arsénico para “darle al rostro un aspecto hermoso; a los ojos, el brillo; y al cuerpo, la redondez tan atractiva”… Pero existían efectos secundarios: el arsénico se acumula en la glándula tiroides, provoca bocio y a veces la muerte.
9. Siglo XX: Hoyuelos en las mejillas.
Un look femenino se creía no completo sin los encantadores hoyuelos en las mejillas… En 1923 fue patentado un dispositivo que se ponía en el rostro y se pegaba detrás de las orejas y el metón con dos varas que presionaban muy fuerte las mejillas y les provocaban dolor, después de un uso prolongado de este aparato, aparecían los tan deseados hoyuelos.
10. Año 1939: “Protección para maquillaje”
Así las damas podían proteger su maquillaje de la lluvia… Una de las desventajas era que el cono se empañaba mucho por dentro.