“Mi voz se tornó gruesa, me salió vello facial y sufrí otros cambios que no me hicieron sentir como yo misma”.
La sexualidad es un tema muy complejo en el que es necesario estar informado antes de opinar de forma amplia. Creo que mientras no se le haga daño a nadie, todos podemos ser como queramos. Sin embargo, ¿qué sucede cuando alguien no sabe qué es realmente? Zahra Cooper es una chica lesbiana de Nueva Zelanda que nunca se sintió cómoda con su figura femenina, así que durante años trató de cambiar, pero cuando estaba justo llegando a su meta, se arrepintió.
Luego de pasar 21 años presentándose como Zane, se percató de que en realidad no quería dejar de ser mujer.
Cooper se sintió diferente desde pequeña, y su familia la apoyó. Pasó mucho tiempo vistiéndose e identificándose como alguien del género masculino y, por fin, cuando cumplió 18 años, comenzó un tratamiento hormonal para iniciar su rotundo cambio de sexo.
Todo iba bien, hasta que aparecieron los primeros indicios.
Su novio trans de 17 años, Tyson Kay, pensó que su pareja estaba bromeando cuando le confesó que ya no se sentía cómoda con la situación, y pensó que lo mejor era apoyarla.
“Mi voz se tornó gruesa, me salió vello facial y sufrí otros cambios que no me hicieron sentir como yo misma. Sé que es vergonzoso querer regresar a lo que era antes después de todo esto, sé que suena raro, pero no me sentía yo”.
El cambio alcanzó a durar tres años y abandonarlo no fue fácil.
El abuelo de Zahra, Victor, se percató de que su nieta estaba hundiéndose en una profunda depresión debido a la poca identidad que sentía en el momento,y decidió buscar ayuda. El especialista comentó que el proceso de “destransición” es muy común y tiene que ver con la visión particular que tiene cada individuo de sí mismo. En este caso, ella se presionaba a ser hombre al no sentirse femenina, pero eso no quería decir que no fuera mujer.
Finalmente, Zahra abandonó las píldoras y dejó que su cuerpo se expresara libremente. Se permitió ser mujer y dejó atrás su antiguo nombre, Zane.
“Hay personas que pensarán que esto es una fase, pero no lo es. Todos somos diferentes”.
Casos como este son repetitivos, de modo que la sugerencia es no forzarse a nada.
Cada persona debe vivir los procesos que crea necesarios para conseguir su sexualidad.
¿Qué piensan de esto?