El joven de 25 años se hace llamar el “Príncipe de plástico”.
Tras haber sido objeto de severo bullying cuando pequeño, Luis Padrón se refugió en los cuentos de elfos, ángeles y seres de fantasía. Allí encontraba el confort que nunca pudo conseguir entre sus compañeros de escuela. Pero dicha adoración no cesó con el pasar de los años, cuando se convirtió en un adolescente, los elfos se transformaron en su máximo ideal de belleza, fue allí cuando tomó la drástica decisión de que no descansaría hasta lucir como uno.
A comienzos de su adolescencia y cuando ya tenía la capacidad de decidir por sí mismo, juntó dinero e incluso pidió préstamos bancarios para llevar a cabo una decena de cirugías plásticas, cuyo único propósito era entregarle una apariencia de elfo o duende.
Actualmente este chico oriundo de Buenos Aires, Argentina, tiene 25 años y continúa firmemente con su proceso de transformación. Hasta el momento, el costo de los tratamientos quirúrgicos asciende a 30 mil dólares, lo que no incluye las múltiples lociones faciales y capilares que ha tenido que adquirir para completar su look.
Lo que comenzó como una cirugía para alargar el largo de sus orejas, terminó con una liposucción de mandíbula, rinoplastia, depilación láser y una complicada operación para cambiar el color de sus ojos. Con el tiempo se dejó crecer el cabello y lo tiñó de blanco para darle un aspecto de fantasía.
Hoy, luce completamente irreconocible y debido a su estilo de vida se ha ganado, a través de su página de Facebook, un centenar de seguidores, quienes manifiestan su admiración por el “Príncipe de plástico”.
“Quiero ser un elfo, un ángel y un ser de fantasía. Mi objetivo es buscar una figura inhumana, etérea, elegante y delicada. Tengo mi propio ideal de belleza y quiero alcanzarlo sin importar nada. Quiero tener mis orejas cortadas para convertirme en un elfo de verdad, quiero que mi mandíbula tenga el aspecto de un diamante y mis ojos se asimilen a los de un gato”.
“Me considero trans-especie, de la misma manera que las personas trans se sienten, necesito llegar a ser lo que siento por dentro, no espero que la gente me entienda, sólo pido que me respeten”.
¿Qué te parece su drástica transformación?