Todo comenzó en 2007…
Mientras Ashley Helford, de 35 años de edad, esperaba la llegada de su primer hijo, durante un examen, los médicos le notaron un pequeño bulto en el cuello, aparentemente a consecuencia de una infección, los antibióticos indicados resolvieron el problema, sin embargo, después de un tiempo, este volvió a aparecer.
A raíz de esto, los médicos sugirieron que se trataba de un cálculo en la glándula salival, sin embargo, la verdadera razón saldría a la superficie poco después.
Da un vistazo:
Después de seis meses, el bulto no desaparecía.
Por el contrario, se hacía cada vez más doloroso y duro al tacto. Por eso, a petición de la mujer, se le realizó una biopsia. Los resultados dejaron a todos horrorizados: ¡La desafortunada Ashley tenía cáncer!
Cuatro días después de la fatídica noticia…
La futura mamá dio a luz a su bebé prematuramente, a las 33 semanas de gestación ¡Afortunadamente, el bebé nació sano y fuerte, y ni siquiera requirió de los cuidados intensivos neonatales!
Poco después del nacimiento:
A Ashley le fue extirpado un tumor del tamaño de de una pelota de tenis, in embargo, luego de la operación, la mujer comenzó a sufrir fuertes dolores de cabeza, con episodios frecuentes de visión doble.
Los posteriores análisis revelaron resultados terribles.
El tumor inicial había hecho metástasis, y ya se encontraba en el cerebro, así como en sus pulmones e hígado. Al parecer, ya no había esperanza…
¡Todos los días se ponía peor!
El ojo derecho ya no se le abría, los dolores de cabeza la volvían loca, y apenas si podía levantarse de la cama… Pero, sea como fuere, la recién estrenada mamá se negó a darse por vencida, y, por el bien de su hijo, continuó luchando.
Recurrió a todos los procedimientos imaginables.
Sus familiares y amigos, y las personas de la comunidad, la apoyaron y rezaron por ella… Y, justo cuando nadie lo esperaba, sucedió lo impensable, un milagro: ¡El cáncer entró en remisión!
De su enfermedad solo ha quedado el recuerdo.
Acompañado de problemas respiratorios y digestivos, así como de dolores de cabeza crónicos y en las orbitas de los ojos… Pero, tal vez, la consecuencia más dolorosa para la mujer es que, producto del tratamiento anticancerígeno, su cuerpo entró en un estado de menopausia temprana, privándole de la posibilidad de tener más hijos…
¡Imagínate la sorpresa que se llevó!
Al descubrir que estaba nuevamente embarazada ¡Algunos años después del nacimiento de su Grace, iba a tener un nuevo bebé! Así es que, el año pasado, llegó al mundo la pequeña Elie.
Incluso los médicos no logran explicarse…
La milagrosa mejoría de esta sobreviviente a un cáncer terminal, ella misma cree que su recuperación y posterior fertilidad son obra y gracia de la divina Providencia ¡Y no es para menos!
Si te ha sorprendido la historia de Ashley, compártela: ¡Nunca te rindas, la esperanza es lo último que se pierde!