Según los últimos registros, la ciudad de China tendría una densidad de 43,033 habitantes por kilómetro cuadrado.
No es un secreto que el planeta tierra está sobre poblado. Y el problema no es solamente que existan muchos humanos sobre el mundo, sino que la mayoría se conglomeran en las grandes ciudades, dejando amplios sectores rurales con una baja cantidad de habitantes por metros cuadrado. La sobrepoblación en las ciudades ha tenido como consecuencia un aumento en el precio de las propiedades. Y aumento de habitantes por hogar.
Hong Kong es un claro ejemplo de esto, región que encabeza la lista de las ciudades con mayor densidad de población en todo el mundo. Debido a esto, la agencia AP realizó un interesante reportaje fotográfico en la que se puede apreciar cómo es la realidad de las personas que viven en espacios absolutamente diminutos.
Las denominadas “casas-sarcófagos” (por su diminuto espacio), han sido tildadas por Estados Unidos como “un insulto a la condición humana, de acuerdo a AP.
Li Suert-Wen es una madre soltera que vive, junto a su hija de 8 años e hijo de 6 años en un cubículo de 11 metros cuadrados. En el reportaje realizado por AP, la mujer narró lo siguiente:
“Mis hijos siempre me preguntan por qué tenemos que vivir en este lugar y no podemos mudarnos a algo más grande… Les explico que mamá no tiene suficiente dinero para mudarnos”
-Li Suert-Wen
Li gana $1,288 dólares al mes decorando pasteles en una panadería. Pero gasta $580 dólares solo en arrendar ese pequeño y diminuto departamento.
Wong Tat-Ming es un hombre de 63 años que vive en un espacio aún más pequeño que el anterior, tan pequeño que dentro de su apartamento solo cabe un saco de dormir, una TV y un ventilador.
Para vivir en este espacio, Wong tiene que pagar la suma de $317 dólares al mes.
Cheung Chi-fong, de 80 años, duerme en un espacio tan pequeño que ni siquiera alcanza a estirar sus piernas.
Y así, los casos se repiten…
La pregunta que queda sin respuesta es qué hacer. ¿Es acaso responsabilidad del gobierno el no ofrecer viviendas dignas para sus ciudadanos? ¿O quizá será responsabilidad de los propios habitantes al no buscar otro lugar u otra ciudad, para vivir?
Independiente de la respuesta, no deja de ser preocupante cómo, poco a poco y gracias a la sobrepoblación, nos quedamos sin espacio para vivir.