Ella le mandó SMS a su novio que lo alentaron a quitarse la vida. Ahora enfrenta un juicio por homicidio involuntario.
Conrad Roy III tenía 18 años cuando decidió suicidarse un día de verano en 2014. Antes de quitarse la vida, le envió un mensaje a su novia. “Hazlo”, respondió ella.
Tras una larga lucha contra la depresión, murió por intoxicación por monóxido de carbono en su camioneta varias millas fuera de Boston.
A tres años del hecho, Michelle Carter, de 20 años, fue acusada de homicidio involuntario. Las pruebas en su contra son decenas de mensajes que impulsaban a la víctima a terminar con su vida.
“Finalmente vas a ser feliz en el cielo. No tendrás más dolor”, le aseguró ella. “Está bien tener miedo y es normal. Quiero decir, estás a punto de morir.”
Cuando él le dijo que quería dormir, Carter le dijo que era el momento para hacerlo. “Solo ve a algún lugar con tu camioneta. Nadie está fuera a esta hora que es un momento extraño”, le dijo. “Es el momento adecuado y estás listo … Sólo hazlo, bebé”, agregó.
Después de la muerte, le contó a una amiga que había estado en contacto con su novio ese día: “Lo ayudé a facilitar las cosas y le dije que estaba bien. Podría haberlo detenido o llamado a la policía, pero no lo hice”.
La joven apeló y su caso se elevó hasta la Corte Suprema del estado de Massachusetts, que dictaminó que podía ser juzgada por su presunta participación. En el fallo, determinaron que Carter ejerció una “presión constante” sobre Roy, quien estaba en un estado mental delicado.
Ella rechazó un juicio por jurados ya que prefirió ser tener un juicio más técnico, a cargo de un tribunal.