Ciegos gays explican cómo descubrieron por primera vez su homosexualidad

«Yo sabía que era diferente de otros niños. Me sentía horriblemente solo. No encajaba con los niños videntes, pero lo que es peor, tampoco encajaba con los ciegos. Todos los chicos estaban interesados en los deportes y juegos muy brutos. Yo no. Algunos hablaban sobre chicas, pero como soy ciego de nacimiento, y como nadie nunca me habló de sexo, no tenía ni idea de lo que estaban hablando. Me avergüenzo de decir que ni si quiera sabía la diferencia entre chicos y chicas, excepto que las chicas normalmente eran más amables conmigo y que sentía algo raro al abrazar a los chicos.

»Cuando tenía 15 años, una chica me explicó como nacían los bebés. ‘¡Eres muy estúpido!’, me dijo Harriet. ‘Tu madre metió su pene en el agujero de tu madre y así es como naciste tú. ¿Es que no sabes nada?’. Quería hacer más preguntas, pero si admitía lo poco que sabía se reirían de mí, así que prefería callarme. No podía preguntarle a mi madre. Ella nunca habló de ese tipo de cosas, así que encargué unos libros en braile sobre sexo, los leí y conseguí entenderlo vagamente.

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»Lo sorprendente y más importante de todo es que empecé a darme cuenta de que estaba atraído por otros chicos, y no hacia otras chicas. Me di cuenta de que tenía un extraño sentimiento cuando estaba cerca de otras personas de mi mismo sexo que no tenía cuando estaba con mujeres. De alguna forma sabía que eso no debía ser así, y nunca se lo conté a nadie».

«Mi hermano nació ciego y hace poco salió del armario. Tiene 21 años. El caso es que en la atracción influyen muchos aspectos, no solo los visuales. Tal y como me explicó, cuando iba a secundaria empezó a darse cuenta de que se sentía más atraído por los chicos que por las chicas por sus voces graves, su asertividad y su esencia masculina.

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»También se dio cuenta de que las personas interesadas en cosas de ‘chicos’, como deportes, armas o videojuegos, le resultaban más interesantes y atractivas que las que estaban interesadas en cosas estereotípicamente femeninas.

»Él iba a un instituto para personas ciegas y estaba en el equipo de lucha libre. Por muy gracioso que suene, fue allí, teniendo contacto físico con otros hombres cuando acabó de descubrir el tipo de afecto que sentía hacia ellos.

»Sé que tuvo algo especial con su profesor de lucha, que también era ciego de nacimiento, aunque el siempre dice que nunca llegó a pasar nada entre ellos».

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«Como persona ciega y gay puedo responder a esto. Para ser sinceros, la pregunta me parece bastante estúpida. Es como si la gente nunca se hubiera masturbado o hubiera tenido un sueño erótico en su vida. Así es como supe el sexo por el que estaba atraído. Me excitaba el cuerpo de los hombres, su voz, su pelo. La mejor forma de explicarlo es que, cuando escucho la voz de un hombre que me gusta, tengo una respuesta física.

»Me siento atraído por la complexión y el tacto del cuerpo y las manos de los hombres. Me gustan los músculos en un hombre y, cuando todavía veía, me gustaban los hombres bronceados porque eran más fáciles de ver. Pero, básicamente, mi atracción se basa en la voz, la complexión del cuerpo y como percibo eso con el tacto y cómo de bien esa persona se comunica a nivel verbal y escrito.

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»Obviamente, el olor es un factor enorme, pero no soy tan quisquilloso como lo soy con los otros factores. Aunque hay ciertos olores que pueden producirme una reacción instantánea. Hay excepciones para cada norma, eso sí, hay una que no puedo romper: los fumadores. No me gustan. Nunca lo han hecho y nunca lo harán. Odio el olor y el sabor al besar a un fumador. Punto. Un fumador nunca tendrá una cita conmigo si puedo evitarlo».

 

Vía: PG