Dorian Ulises López es un fotógrafo que ha realizado varios retratos de diversas personas durante sus viajes a lo largo de México, desde Tijuana a Campeche.
Su galería de fotos está publiacada en la cuenta de Instagram @mexicanomx, y en ella expone su trabajo de Mexicano en la bienal del museo Whitney de Nueva York como parte de una pieza colectiva del artista estadounidense de origen mexicano, Rafa Esparza, que se enteró de su trabajo por medio de la mencionada red social.
Su colección de fotografías muestra lo que es el verdadero origen mexicano, y la mayoría de sus retratos se caracterizan por el color de piel moreno, y la profundidad de la mirada de los protagonistas a través de sus ojos.
López ha logrado capturar en las imágenes la belleza de estas personas, no por su color de piel, ni por su origen, sino por la honestidad y transparencia que exponen sus rostros, lo que ha llevado a observar una belleza que no se define como el estereotipo mexicano que los medios de comunicación nos han prestablecidos.
Dorian describe que lo que le llamó la atención de las personas retratadas, son las situaciones a las que le recuerdan, experiencias de su vida y de sus orígenes; son escenas con las que ha crecido.
“Una de las cosas que más me sorprende del mexicano es el mestizaje, la gente está muy evolucionada físicamente, son personas muy sofisticadas”, explica López.
Ante esto, el comunicólogo José Enrique Acévez, autor de la entrevista al fotógrafo, menciona que “las personas que aparecen en las fotografías no se asemejan a lo que se nos ha vendido como ‘sofisticación’ o ‘belleza’ mexicanas; no se parecen a Ximena Navarrete o a Lupita Jones, ni a Diego Luna o Aarón Díaz. No”.
Los modelos que aparecen en Mexacano tienen poco o nada que ver con el estereotipo que se nos presenta la televisión y en la publicidad, lo que nos imposibilita ver que la diversidad y cultural en México es nuestra cotidianeidad.
La socióloga Mónica Moreno Figueroa, asegura que la idea del mestizaje ha hecho que naturalicemos el racismo y que muchas veces no nos demos cuenta de que apreciamos más unas características fenotípicas que otras.
Por último, Enrique Acévez enfatiza en que los trabajos de Moreno han dejado ver cómo hablar de belleza en México nos permite percatarnos de ese racismo tan interiorizado e implícito: “en nuestro país se asocia ser moreno con ser feo”.