La tecnología y la medicina han transformado la experiencia del embarazo de la mujer moderna. Las pruebas médicas prenatales pueden indicar el sexo de su hijo, la cantidad de líquido que hay en el útero, el peso prenatal de su bebé y muchos otros datos. Aunque dependemos cada vez más de la información diagnóstica, el embarazo sigue inspirando una serie de mitos y leyendas propias, a veces descabelladas y a veces completamente extrañas.
Durante este periodo, la mujer escuchará gran variedad de afirmaciones y consejos de sus madres, suegras, tías, abuelas e incluso amigas sobre cuestiones relacionadas con esta etapa que, en ocasiones, pueden ser ciertas, pero estas suelen ser producto de antiguas creencias o mitos que forman parte de nuestra herencia cultural, y que en la mayoría de los casos sólo causan una angustia innecesaria, y es importante que recuerdes que no tienen una base científica.
Eso no significa que no podamos escuchar a quienes nos las cuentan.
Pues seguro que no lo dicen para hacerte sentirte mal, sino para compartir algo que a ellas les sirvió en su momento. Además ¡son muy entretenidas! Sin embargo, queremos aclararte cuáles son los falsos mitos del embarazo y cuáles son reales. Míralos a continuación…
1. Desde ahora debes comer por dos.
Falso.
Esta vieja idea de que la madre debe alimentarse por ella y por el bebé está totalmente desechada. De hecho, las matronas consideran que bajo ningún concepto está indicado el “comer por dos”, porque esto podría acarrear casos de obesidad en la gestante. Lo aconsejable es llevar una dieta sana, equilibrada y muy variada, y repartir las comidas en cinco o seis tomas al día, así se evita la ansiedad. En estas condiciones, lo normal es que la embarazada aumente su peso de 9 a 12 kilos, aunque esto va a depender de la estatura y constitución de cada una, pues no es lo mismo una persona que mida 1,60 que una que mida 1,80.
2. Mantener relaciones sexuales puede dañar al bebé.
Falso.
En ningún caso se puede hacer daño al bebé ni por la penetración ni por soportar peso sobre la pancita porque está bien protegido dentro del útero, que está sellado por el tapón mucoso y rodeado de una bolsa de líquido amniótico que amortigua la presión. Así que esto no tiene nada de malo, a no ser que tu médico te indique lo contrario debido a alguna complicación de salud.
3. No debes dormir sobre tu espalda durante el embarazo.
No te alarmes si estás acostada de lado cuando te duermes y despiertas boca arriba, sobre tu espalda. Sucede todo el tiempo y es probable que no cause un efecto negativo serio en la salud de tu bebé. Si por lo general duermes sobre tu espalda, puedes seguir haciéndolo durante el primer trimestre. Aunque al volverse más pesado el útero alrededor del segundo trimestre, es recomendable elegir otra posición debido a que cuando te acuestas sobre tu espalda, tu útero presiona la vena que devuelve la sangre de la parte inferior de tu cuerpo a tu corazón. Es por eso que podrías sentirte mareada, si permaneces acostada sobre tu espalda durante un largo periodo de tiempo. Además, esa posición podría interferir con el flujo de sangre y nutrientes que llegan a la placenta y a tu bebé en desarrollo.
4. No puedes hacer ejercicio.
Falso.
Para una mujer embarazada es importante ejercitarse, ya que esto te ayudará a aliviar dolores y molestias, además de eliminar la fatiga. El hacer ejercicio te beneficiará tanto a ti como a tu bebé. Los más recomendados son el yoga, las caminatas y la natación. Pero recuerda que en todo caso siempre debes consultar antes con tu médico de cabecera para saber qué ejercicios puedes o no realizar.
5. La forma del vientre te dirá el sexo del bebé.
Falso.
El tipo de vientre de la gestante no tiene nada que ver con el sexo del bebé. Esta forma está relacionada con el tono muscular y uterino, con la posición que adopte el bebé en el vientre y con la forma que tengan los huesos de la pelvis de la mujer. El único modo de conocer el sexo de vuestro futuro hijo es la ecografía.
6. Tienes prohibido pintarte el cabello.
No hay ningún problema en que la mujer embarazada se tiña el pelo siempre que el tinte empleado no contenga acetato de plomo, amoniaco u otros derivados del petróleo. Si te vas a teñir en casa, lee atentadamente la etiqueta de los productos antes de decidirte por uno u otro. Si te vas a poner en manos de un profesional cuéntale que estás embarazada y que no puedes utilizar cualquier tinte, ellos sabrán aconsejarte.
7. Si padeces de mucha acidez es porque el bebé tendrá mucho pelo.
Falso.
Los ardores y malas digestiones en esta etapa están provocados por un aumento del tamaño del útero, lo que provoca el desplazamiento de los intestinos y del estómago. Para evitarlos no comas demasiado, suprime los alimentos ricos en grasas que sean difíciles de digerir y no te tumbes justo al terminar de comer. Este es uno de los mitos más conocidos, pero la cantidad de cabello depende de los genes que tu bebé herede. Si tú o tu marido tienen mucho cabello, es bastante probable que tu bebé lo tenga también.
8. Los antojos de la madre pueden provocar que el bebé nazca con manchas.
Más de la mitad de las gestantes tiene antojos o deseos irrefrenables de tomar algún alimento concreto a lo largo de su embarazo. Pero, desde luego, no hay base científica que relacione su no satisfacción con la aparición de una mancha de la forma de lo deseado. Muchos bebés suelen nacer con algunas manchitas, pero que en nada tienen que ver con los antojos, de hecho la mayoría desaparecen con el tiempo.
9. Si la madre tuvo un parto difícil, así será el de su hija.
Falso.
Cada mujer es distinta, así como lo es cada embarazo. Un parto difícil o sencillo dependerá de muchas situaciones, pero esto no tiene nada que ver con cuestiones hereditarias.
10. Bañarte puede causar infecciones.
Falso.
La higiene durante el embarazo es fundamental y no importa si optas por una ducha o por un baño. Muchas mujeres prefieren la ducha porque piensan que el agua puede entrar en el útero, pero éste está cerrado por el tapón mucoso, por lo que no hay peligro. Quince días antes de la fecha probable del parto sí que será mejor que te duches en lugar de bañarte, ya que el tapón mucoso puede estar ablandándose. También se recomienda más la ducha cuando se tienen varices porque el calor del agua del baño produce vasodilatación. En cualquier caso, sobre todo cuando te bañes, no pongas el agua demasiado caliente (que no supere los 37º o 38º) y termina con una ducha de agua fría, así mejorará la circulación.
La mística alrededor de las mujeres embarazadas es infinita y la ciencia casi que también.
Si sigues los cuidados que te recomienda tu médico y llevas una vida saludable, evitarás complicaciones durante el embarazo, el parto y en el puerperio. No hagas nada sin antes consultar con un especialista. Recuerda que un buen control de tu embarazo hará que disfrutes mucho esta etapa.