Esta veterinaria de la clínica Hocking Hills de Ohio ha tenido una anécdota que le ha hecho recordar por qué es genial ser veterinario y eligió bien su profesión. Mientras paseaba por el bosque, se encontró casualmente con un antiguo paciente…
La veterinaria pidió a la gente que si ven una tortuga con el caparazón roto, es mejor si buscan ayuda. En este caso, parece que la tortuga era adulta, así que no pasaba nada por dejarla con la fibra de vidrio. Pero si la tortuga aún está creciendo, es mejor cambiarla y poner una nueva cada cierto tiempo.
Vía: BP