Hay frases de frases, pero una que cuadra con este reportaje es: “Uno no escoge a su familia”. Y, ciertamente, esta es una de las cosas sobre la que no tenemos control absoluto y que es casi imposible poder cambiar, a menos que tengas la fórmula mágica para nacer de nuevo. En una de las épocas más dura de nuestra vida, la pubertad, solemos criticar mucho a nuestra familia, pero eso es bastante normal. Incluso, muchos de nosotros llegamos hasta el extremo de sentirnos avergonzados de ellos.
A medida que vamos creciendo y nos volvemos adultos, vamos entendiendo lo complejo que puede llegar a ser todo el tema de la familia, no es solamente que perteneces a un grupo de gente y ya, son parte de ti y comparten más que los genes. Pero ¿te imaginas lo difícil que puede ser que tu padre sea el hombre más perverso del planeta? ¿O saber que es un ser atroz? A muchos hijos les ha tocado llevar esta carga y te los vamos a mostrar a continuación:
1. Li Min, hija de Mao Zedong
El líder del Partido Comunista chino ciertamente revolucionó la historia de su país. Aparte de someter a su pueblo a extremas penurias, asesinó también a millones de personas. Li Min, su hija menor, estudió en la Universidad de Pekín, y se dedica a la política.
2. Holdine Kathrin Goebbels, hija de Joseph Goebbels
Goebbels fue íntimo amigo de Hitler y Ministro para la Ilustración Pública y Propaganda Nazi. El 1º de mayo de 1945, tras la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, envenenó a sus seis hijos, incluyendo a Holdine, y luego se suicidó junto con su esposa.
3. Jean-Claude “Bebé Doc” Duvalier, hijo de François Duvalier
Francois Duvalier, originalmente médico de profesión (de ahí su apodo de “Papá Doc”) fue presidente de Haiti desde 1957 hasta su asesinato en 1971. Durante su mandato, abolió los partidos políticos y los periódicos que lo adversaban. Lo sucedió su hijo, con tan solo 19 años de edad, convirtiéndose en el presidente más joven de la historia. Jean Claude lapidó el erario público, encubrió actos de corrupción, y el tráfico de drogas y de órganos. Murió de un ataque cardíaco en 2014.
4. Edda Mussolini, hija de Benito Mussolini
Mussolini fue primer ministro y dictador de Italia desde 1922 hasta 1943. Casó a su hija mayor, Edda, con el conde y ministro Galeazzo Ciano, quién fue acusado de traidor y fusilado en 1944 según orden de su suegro, con el consentimiento de Hitler, por haber votado en contra de Mussolini. Edda tuvo tres hijos, entre ellos Fabricio, autor del libro autobiográfico “Cuando el Abuelo le Dispara a Papá”.
5. Sar Patchata, hija de Pol Pot
Durante su mandato, este dictador camboyano asesinó a más de 200,000 personas, entre ellas niños y ancianos. Su única hija, Sar Patchata, actualmente es maestra de inglés en Malasia, está casada y se mantiene al margen de la memoria de su infame padre.
6. Zoia Ceausescu, hija de Nicolae Ceausescu
El líder comunista y presidente de Rumanía por casi 30 años, hasta su homicidio, impuso gran terror y miseria a su Nación. Su hija, Zoia, graduada en matemáticas, lo emuló en su gusto por los lujos excesivos en los que malgastó su fortuna hasta su muerte, por cáncer al pulmón, cuando tenía 57 años, dejando atrás una vida repleta de amoríos y excesos.
7. Faisal Wangita, hijo de Idi Amin
Durante su mandato, Idi Amin, el dictador militar y presidente de Uganda, fue responsable de la muerte de 500,000 personas. Uno de sus 30 hijos, Faisal Wangita, fue acusado de asesinato en Londres y deportado a Uganda, donde cumple su condena.
8. Mutassim Gaddafi, hijo de Muammar Gaddafi
Entre sus más infames crímenes, a Muammar el Gaddafi, ex primer ministro de Libia, se le atribuye la muerte de 234 pasajeros a bordo de un avión de Pan Am, y de 11 personas, en Lockerbie, Escocia, tras el estallido de una bomba colocada en tierra según su mandato. Asimismo, fue acusado de innumerables violaciones y secuestros. Mutassim, su hijo menor, fue asesinado junto con su padre, dando por terminada la guerra civil en Libia en 2011.
9. Melissa G. Moore, hija de Keith Jesperson “Happy Face”
Su padre, el asesino en serie Keith Jesperson, fue acusado de violar y matar a 160 mujeres, hecho desconocido para Melissa hasta que cumplió 15 años. Jesperson fue apodado “Happy Face” (“Cara Feliz”) porque cada vez que mataba a alguien, enviaba una nota con una carita feliz. En 2009, Melissa publicó el libro “Silencio Roto, la Historia no Contada de la Hija de un Asesino en Serie”.
10. Yakov Dzhugashvili, hijo de José Stalin
La dictadura de Stalin, la más sangrienta en la historia de Rusia, cobró la vida de 2 millones de personas. Stalin y su hijo mayor, Yakov, nunca compaginaron y menos cuando este último desposó a una bailarina judía. Cuando los alemanes lo apresaron, su padre no intervino, ni evitó que lo trasladaran al campo de concentración donde fue asesinado.
11. Uday Hussein, hijo de Saddam Hussein
Saddam Hussein pasó a la historia por actos ominosos, como los bombardeos a 4500 poblados, la tortura de mujeres y el genocidio de los kurdos, que cegó la vida de 200.000 personas. Su hijo mayor, Uday, disfrutó del estilo de vida lujoso de su padre y fue acusado de varios asesinatos, violaciones y de contrabandear petróleo. Uday y su hermano, Qusay, fueron asesinados en un fuego cruzado con las fuerzas estadounidenses en Mosul.
12. Omar Bin Laden, hijo de Osama bin Laden
El líder de Al Qaeda y responsable de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y la destrucción de las Torres Gemelas en Estados Unidos, nunca se llevó bien con su hijo mayor, Omar, quien ha trabajado para la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE.UU. y aspira a convertirse en embajador por la paz mundial.
13. Jean-Marie Loret, hijo ilegítimo de Adolf Hitler
Si hablamos del peor dictador de la historia mudial, sin duda, es Adolf Hitler. Aunque siempre se dijo que no tuvo descendencia, Jean-Marie Loret afirmaba que en 1977 su madre le confesó que su verdadero padre era Hitler. Loret vivó tranquilamente hasta su muerte en 1985, sin confirmación oficial de las pruebas de ADN a las que se sometió. Obviamente, Hitler nunca lo reconoció, pero el parecido es innegable, ¿cierto?
Aunque no podamos escoger nuestra familia ni el lugar donde nacemos, podemos siempre decidir qué rumbo darle a nuestras vidas y cómo convertirnos en la mejor persona que podemos ser.