Cuando la gente pregunta que si yo y mi hija somos hermanas, me convenzo que los 60 mil dólares que he gastado en mi transformación han valido la pena¨.
No estoy segura si en algún momento yo me haría una cirugía plástica con el fin de verme “mas hermosa”, pero no juzgo a quienes lo hacen. Después de todo es su cuerpo y cada uno puede hacer lo que estime conveniente para sentirse cómodo consigo mismos.
Eso no quita que en ocasiones ciertas personas crucen el limite no sólo de lo normal, sino que probablemente de lo sano. Janete Horrock es una mujer de 57 años que después de divorciarse decidió invertir todos los ahorros de su vida en su cuerpo.
La idea era operarse las veces que fuera necesario hasta ser lo más idéntica posible a la mujer que era su modelo: su hija Jane Horrock de 36 años.
¨Cuando acudí por primera vez con el médico le mostré una foto de mi hija y le advertí que era así cómo me quería ver. Ella fue mi modelo, pues me parece una mujer hermosa¨.
Esta es Jane, de 36 años.
Desde ese momento Janet se sometió a cuanta cirugía pudo pagar, hasta ser idéntica a su hija, quien al principio no estaba muy feliz con la decisión de su madre.
“El momento en que me enteré que mi mamá se estaba basando en mí para su transformación, me asusté y me molesté un poco, pues ¿A quién le gustaría que su mamá se viera igual a ella? Por otro lado, después del divorcio, empezaron a cambiar mucho sus comportamientos. Comenzó a hablarle mucho a mis amigos, abrió cuentas de redes sociales, coqueteaba con jóvenes mucho menores que ella. Eso la verdad me preocupó mucho”
Así quedó Janet tras las operaciones:
Pero su madre no estaba dispuesta a cambiar sus planes y las palabras de su hija no hicieron ningún efecto en ella.
¨La verdad es que a mí no me importó lo que ella pensaba. Yo la elegí a ella como modelo, y si ella se intimida por eso es muy su problema. Para lograrlo ya me he operado dos veces el busto, he perdido 20 kilos, me operé el mentón y me hice implante en los dientes. He trabajado mucho para llegar a donde estoy y no permitiré que las inseguridades de mi hija menor afecten mi sueño. Yo también merezco ser feliz¨.
-Janet Horrock.
Hoy Janet se siente completamente orgullosa de su inversión.
¨Sé que lo logré, cuando la gente pregunta que si yo y mi hija somos hermanas. En ese momento me convenzo que los 60 mil dólares que he gastado en mi transformación han valido la pena¨.
-Janet Horrock.
¿Y qué pasó con la relación entre madre e hija? En vez de empeorar cada vez más, con el tiempo Jane comenzó a gustarle mucho la idea de que su madre fuese muy parecida a ella.
Tanto que hacen todo juntas: se visten de la misma manera, usan el mismo maquillaje e incluso salen con los mismos chicos.
Ambas dejaron de ser madre e hija para ser, más bien, prácticamente la misma persona.