12 Juegos de mesa que eran muy turbios aunque no nos diésemos cuenta

Nos lo pasábamos genial matando gente y robando cosas, echa un vistazo a estos juguetes que eran bastante turbios para nuestra edad pero nunca lo notamos:

1. Coco loco.

Hay que ir quitándole trozos de cerebro por turnos a un señor que tiene pinta de estar muy enfermo. Solo apto para niños a partir de 3 años porque con menos sería una locura, claro.

2. Ratonera.

Numerosas horas de diversión… exterminando ratones. Perfecto para fomentar en las nuevas generaciones el amor por los animales.

3. Linea directa.

Tenías que encontrar a tu admirador secreto y para ello tendrías que ir llamando a un montón de gente y que te diesen pistas para que lo adivinases. Básicamente es un juego sobre ACOSAR como si fuese la cosa más normal del mundo, además de que en las instrucciones no decía nada sobre no llamar en las siestas.

 

4. La pirámide de Khufu.

Los jugadores tienen que conseguir colocar sus escarabajos en todos los aposentos de la pirámide. Claro, que para colocar los escarabajos hay que apostar, porque la pirámide es UN CASINO. Además la momia da muchísimo miedo, y de vez en cuando hace chistes que se le van un poco de las manos.

5. Bancarrota.

Para conseguir la herencia de tu tío Federico tendrás que ser el primero en gastar un millón de euros. Entre las cosas que debías hacer estaba apostar en las carreras, jugar en el casino o comprar acciones. Enseña a tus hijos de qué va la vida desde que sean pequeños, así no se llevarán chascos en el futuro.

6. Pincha el pirata.

Literalmente le CLAVABAS PUÑALES A UN SEÑOR hasta que salía de un barril. Poco más se puede decir ya.

 

7. Monopoly.

Intenta hacerte rico comprando terrenos, construyendo y cobrándoles una millonada al resto de jugadores ¿nos suena de algo? Luego claro, nos extrañamos de las cosas que pasan, pero lo de la especulación lo llevamos en la sangre. Eso sí, había que tener cuidado de no acabar en la cárcel. También hay una versión que funciona con tarjetas de crédito.

8. Cluedo.

Debe ser que a los niños les encantan los juegos de asesinatos, aunque en este caso toca resolverlo y no matar a nadie, así que la cosa mejora, aunque no mucho.

9. Antón zampón.

 “Si come sin parar le explotará el pantalón”. Tienes que darle de comer hamburguesas a un cerdo (¿canibalismo?) y luego apretarle la cabeza con mucho cuidado, porque puede explotar.
 

10. Johnny Huesos.

Dispara al cadáver en la frente para que le salte el sombrero.

11. No asustes a la abuela.

La pobre abuela se ha quedado dormida y tu objetivo es coger todas sus galletas antes de que la mujer se despierte. No solo es un juego de robar a una anciana en silla de ruedas, sino que además la mujer da muy mal rollo y le salta la dentadura del susto. Por favor, hay que respetar a nuestros mayores.

La pobre abuela se ha quedado dormida y tu objetivo es coger todas sus galletas antes de que la mujer se despierte. No solo es un juego de robar a una anciana en silla de ruedas, sino que además la mujer da muy mal rollo y le salta la dentadura del susto. Por favor, hay que respetar a nuestros mayores.

12. La herencia de Tía Agata.

El juego consiste en ir matando a gente (eso sí, haciendo que parezca un accidente) para ir heredando el máximo dinero posible de la pobre tía Agata y escapar de la casa. ¿Quién no querría entrenar a un pequeño asesino codicioso en sus horas de ocio?

El juego consiste en ir matando a gente (eso sí, haciendo que parezca un accidente) para ir heredando el máximo dinero posible de la pobre tía Agata y escapar de la casa. ¿Quién no querría entrenar a un pequeño asesino codicioso en sus horas de ocio?

Vía: Buzzfeed