12 Cosas extrañas que hacían nuestros ancestros

Si crees que en el pasado la gente era menos excéntrica que en la generación actual, recuerda su moda y tradiciones: encontrarás muchas cosas extrañas ahí.

Hemos hecho una lista de las cosas que para nuestros ancestros eran absolutamente normales. Al final de cuentas, resulta que nosotros no somos tan raros.

1. El primer y el segundo sueño

Los europeos que vivían en la Edad Media practicaban lo que hoy en día se llama sueño de dos fases. El primer sueño empezaba con la puesta del sol y duraba aproximadamente hasta antes de la media noche. Luego las personas se despertaban y realizaban algunas actividades durante 2-3 horas. Algunos dedicaban esas horas a rezar o leer, otros convivían con sus familiares o vecinos. Luego llegaba la hora del segundo sueño, el cual duraba hasta el amanecer.

2. Despertadores vivos

Knocker-up, o despertador, fue una profesión que existía desde los finales del siglo XVIII hasta 1920. La responsabilidad de esas personas era despertar a aquellos que tenían que ir a trabajar. Los despertadores tocaban las ventanas de sus clientes con palos o usaban cerbatanas. No está claro quién despertaba a los “knocker-up”, pero, según una versión, no dormían del todo.

3. Chapines

Los chapines eran una especie de calzado con plataforma, cuyo alto llegaba a medir 50 centímetros. No es de sorprender que las personas que usaban este tipo de zapatos necesitaban ayuda de su servidumbre para, literalmente, no caer víctimas de la moda. Aunque los chapines no sólo se usaban por cuestiones de belleza, sino también para no ensuciar la ropa.

4. Sangría para todos los males

Este tratamiento fue popular durante 2000 años, hasta el siglo XX. La sangría se practicaba en caso de cualquier padecimiento, causando en ocasiones más daño que bien, debilitando el organismo de los enfermos aún más.

5. Miedo a bañarse

En la Edad Media en algunos países se creía que el agua no le traía nada más que enfermedades a la gente y a los piojos se les decía “perlas de Dios“. También los reyes compartían esta manera de pensar. Isabel de Castilla se sentía orgullosa de haberse bañado sólo dos veces en la vida: al nacer y antes de su boda. Un día alguien le dijo que tenía manos y uñas sucias, a lo cual la reina contestó: ”¡Oh, eso que no has visto mis piernas!”.

6. Fotografías póstumas

Otra costumbre que hoy en día parece bastante tenebrosa. Pero en el siglo XIX fue una manera de inmortalizar a los familiares fallecidos. Por lo general, antes de fotografiar a los muertos, se les hacía ver “más vivos”: los ponían en las posiciones naturales y les dibujaban los ojos en los párpados cerrados. Tal y como lo hicieron en esta foto.

7. Productos y cosméticos radiactivos

Al principio del siglo XX se creía que la radiación era un fenómeno positivo. De esto se aprovecharon los estafadores que empezaron a vender cosméticos, alimentos y bebidas ricas en radio y torio, recuerdos radiactivos e incluso aparatos para llenar el agua de elementos con radiación.

Desafortunadamente, este hábito cobró vidas: Eben Byers tomaba la bebida Radithor en cantidades elevadas, lo cual provocó su muerte. Wall Street Journal reaccionó ante esto con una nota sarcástica: “El agua con radio le ayudaba muy bien. Hasta que no se le cayera la mandíbula”.

8. Heroína para curar la tos

Asombrosamente, hace 100 años la heroína se consideraba como una alternativa inofensiva a la morfina y se vendía en las farmacias como un remedio para la tos. Incluso se les recomendaba a los niños. Luego se descubrió que la heroína, al entrar al hígado, se convertía en morfina y en 1924 su uso fue prohibido. Sin embargo, en las farmacias de Alemania se podía conseguir hasta 1971.

9. Fumar a bordo de un avión

Hace 50-60 años fumar no se consideraba un hábito tan nocivo. Las personas lo hacían incluso durante los vuelos, sin importar la presencia de otros pasajeros. Hoy en día fumar durante los vuelos está prohibido. Sin embargo, en algunos países (por ejemplo, en Irán), esta prohibición no aplica.

10. Máquinas para bañarse

A diferencia nuestra, las personas de los siglos XVIII-XIX no podían simplemente entrar al agua en la playa. Tenían que usar máquinas para bañarse: unos artilugios especiales parecidos a casitas de verano. Las máquinas se colocaban en el agua para que las personas pudieran bañarse en el mar lejos de las miradas ajenas. Al mismo tiempo, las máquinas para las mujeres se ubicaban lejos de las que estaban dedicadas a los hombres.

11. Piedras en vez de papel higiénico

¡No te imaginas qué cosas se usaban antes de la aparición del papel sanitario! Hojas de plantas, mazorcas, cáscara de coco, lana de oveja y tela (para quienes podían darse ese lujo), palo con esponja o simplemente agua. Sin embargo, los griegos antiguos nos sorprendieron más que todos: para estos fines usaban… ¡piedras, guijarra o escombros de platos rotos!

12. Vestidos para niños

Desde el siglo XVI hasta aproximadamente 1920, los niños de hasta cierta edad (4-8 años) traían vestidos puestos y esto se creía totalmente normal. Tal vez el motivo principal era el costo alto de la ropa y los vestidos eran más prácticos porque duraban más tiempo. La tradición también existió en la familia del zar ruso Nicolás II: en la foto de arriba está el príncipe Alekséi con un vestido parecido a los que traían sus hermanas.