Nuestros cuerpos tienen varias formas de asegurarse de que las partes más importantes se mantengan fuera de peligro. Por ejemplo, el cerebro es protegido por el cráneo. Los ovarios, cruciales para la reproducción, están dentro del cuerpo y además están protegidos por el hueso pélvico. Por otro lado, los testículos, que producen esperma y testosterona lo que los hace esenciales para la reproducción, carecen de una armadura protectora como el cráneo y son externos, lo que los hace ~presa fácil~ cuando se trata de susceptibilidad a las lesiones. Pero los testículos tienen algo que el cerebro no tiene: fibras del dolor. Muchas de ellas.
Los genitales tienen un gran número de nervios por área de superficie, dice Trost, lo que los hace más sensibles y te permite sentir cosas de forma más discriminada de lo que lo harías en otras partes menos sensibles del cuerpo, como la espalda. Adicionalmente, el cerebro dedica mucho espacio a procesar lo que sienten los genitales, aún a pesar de que son una parte relativamente pequeña del cuerpo. Sólo piensa en qué tan delicadamente puedes tocar los testículos y aún así causar una sensación intensa. Así que, de la misma forma que las cortadas en los labios o los dedos a menudo duelen más que, por ejemplo, un corte en medio de la espalda, “las lesiones en el pene y el escroto son más dolorosas”, le dice Trost a BuzzFeed Health.