Después de la devastación del Huracán Harvey la comunicadora científica Preeti Desai de la Sociedad nacional de Audobon solo quería tomar un paseo tranquilo por la playa.
Pero encontró algo que la ha dejado completamente desconcertada.
Como si se tratara de una extraña visión ancestral a las criaturas que habitaban nuestro planeta hace millones de años en la época de los dinosaurios.
Esta criatura realmente lucía aterradora.
Afilados dientes puntiagudos y largos a lo largo de toda su cabeza triangular sin ojos.
Una piel grisácea, resbalosa y babosa que cubría todo su cuerpo que terminaba en una especie de cola y una pequeñísima aleta dorsal.
¿Qué podría ser esta criatura tan misteriosa?
Todo parecía indicar que junto con la ola de desastre que dejó tras de sí el terrible huracán, también dejó algo más que trajo desde las profundidades del mar.
Lo maravilloso de vivir en esta época es que las redes sociales y la tecnología super accesible están siempre prestas y a la mano para resolver hasta los más misteriosos enigmas de la naturaleza.
Desai acudió a Twitter, donde publicó algunas fotos de su hallazgo solicitando ayuda para identificar a la extraña criatura.
Muchos de los biólogos que acudieron a su ayuda se lamentaron del estado de descomposición de la extraña criatura.
También desearon poder ver las partes faltantes de su cuerpo que podrían dar pistas fundamentales sobre su especie concreta.
Sin embargo, aún sin los datos completos muchos se aventuraron a decir que se trataba de un tipo de ánguila. Puede ser una anguila serpiente marina o un pez-ánguila.
Uno de los sospechosos más probables es la anguila colmillo, un tipo de anguila serpiente que es común en las costas desde Texas hasta Cuba.
El biologo marino Dr Kenneth Tighe, del Museo nacional Smithsonianode historia Natural apoya la teoría de que se trata de un Aplatophis chauliodus o “Terrible serpiente marina”
Como su nombre lo indica tiene afilados dientes como colmillos.
La cuestión está en la gran diferencia de tamaño entre el espécimen de las fotos y el tamaño máximo conocido de estos especímenes.
Otro posible candidato es el pez víbora, que tienen una mandíbula llena de dientes tan grande que debe dislocarla para poder traga a sus presas.
Aunque el parecido de la boca dentada es notable, estas sin embargo apenas alcanzan los 25 cm en los registros conocidos.
La misma Desai pensó originalmente que se trataba de una lamprea, un pez largo y resbaladizo digno de las peores pesadillas con una especie de boca cilíndrica cubierta de dientes.
Poco después de ver a la criatura más de cerca se dio cuenta de que no podía ser así, sobretodo por la forma de la boca.
”A primera vista me pareció algo de las profundidades del mar, primero pensé que se trataba de una lamprea pero al acercarme me dí cuenta que no había forma que eso fuera particularmente basándose en la forma de la boca. La sacudimos un poco y hasta la volteamos pero se nos acabaron las ideas sobre qué podría ser”
La cuestión de los ojos también ha causado debate entre los científicos y la comunidad de internautas en general.
Los primeros alegan que seguramente la criatura sí tiene ojos pero estos ya pasaron por el proceso de descomposición pues este tejido es más delicado.
Además los cangrejos y otras criaturas marinas de orilla tienden a alimentarse de ese delicado tejido primero.
Pero sobretodo esgrimen que entre la boca y la frente se puede observar el espacio dónde se encontraban anteriormente los ojos.
Los usuarios de Twitter que se han conmocionado de forma globlal por la imagen tienen otras ideas, argumentan que de seguro se trata de una criatura de las profundidades inexploradas del mar.
La falta de ojos se debe a que en esa zona la visión no es realmente necesaria y se compensa con los demás sentidos.
Como este extraño pez sin rostro encontrado por un grupo de científicos al explorar los abismos entre Australia y Tazmania.
O este aterrador y totalmente fuera de lo normal pez sin ojos encontrado en las costas de Malasia.
Todas estas extrañas apariciones no han pasado inadvertidas para los usuarios más ávidos que han culpado estos extraños fenómenos a la contaminación nuclear productos del desastre de Fukoshima o de las pruebas de misiles cada vez más frecuentes.
Si algo está claro es que con la inmensidad del océano aún por descubrir nuestro viejo planeta aún guarda más de un truco bajo la manga para asombrarnos y llenarnos de maravillas.