Muchas mujeres sufren de trastornos de ansiedad luego de convertirse en madres. De esta misma forma, muchas personas calman su depresión con algún trozo de comida, apaciguando su tristeza con calóricos menús. Ambas situaciones afectaron el cuerpo de Betsy Ayala, quien llegó a pesar 117 kilos.
Desde que era muy pequeña Betsy adoraba comer. “Siempre fui la chica gorda, nunca quise practicar deportes por mi sobrepeso”, cuenta al portal británico DailyMail.
Betsy relata que vivió bullying toda su adolescencia y encontró refugio en la comida. En la universidad alcanzó los 95 kilos; sin embargo, fue finalmente después de su embarazo en 2013 cuando alcanzó su máximo “peack” de obesidad. “Después que tuve a mi hija estaba más gorda que nunca”, cuenta la mujer que pesaba 117 kilos.
Ruptura en el matrimonio
Betsy llevaba 14 años casada cuando descubrió el engaño de su pareja, con quien vivía en Texas (EEUU). “Nuestra convivencia estaba muy tensa y yo traspasaba una depresión postparto muy severa”, señala Betsy. Por otra parte, la mujer no tenía ánimos de moverse de su cama y la presión de un recién nacido hizo que el momento fuese más difícil aún.
En un intento de recuperarse, Betsy empezó a tomar batidos para bajar de peso perdiendo 27 kilos; sin embargo, el verdadero punto de inflexión fue enterarse sobre el engaño de su pareja (con quien estaba desde los 17 años), quien tenía una aventura con una compañera de trabajo. “Había dedicado mi vida a nuestra relación y a él antes de ese episodio”, reconoce.
El gerente del trabajo de su ex marido fue quien descubrió la relación entre sus empleados. A raíz de esto, Betsy encontró unos crueles mensajes donde su ex y su amante se burlaban de ella apodándola con adjetivos y sobrenombres hirientes respecto a su obesidad.
Un cambio radical
A pesar del trágico desenlace de su matrimonio, Betsy señala que era el cambio que siempre estuvo buscando. “Siempre recé para que mi vida cambiara y obtuve el cambio más drástico de todos”, admite la mujer de 34 años.
La comida chatarra y la depresión pasaron a la historia. Ahora Betsy pasa 6 días a la semana en el gimnasio y pesa cerca de 70 kilos. “Al principio lloraba cuando hacía ejercicio pero pensaba que esto lo estaba haciendo por mí y por mi hija, lo que me dio fuerzas para continuar”, señala.
La historia de Betsy fue rápidamente viralizada y las diferentes lecturas sobre ello también. “En muchos medios dicen que yo bajé de peso para vengarme de mi esposo y su amante, pero no es así. No cambié por venganza en absoluto. No puedo controlar las opiniones de las personas, pero esta es la verdad”, aclara en su cuenta de instagram que suma más de 61 mil seguidores.
Incluso, en el portal británico, la mujer confiesa que perdonó a su marido, puesto que “gracias a eso cambió su vida”. Aún así la pareja está divoriciada y Betsy asegura que esto seguirá así.