10 Mitos sobre la Edad Media que deberíamos dejar de creer

Cuando hablamos de la Edad Media, pintamos en nuestra mente una imagen que probablemente no tiene nada que ver con la realidad. Y todo porque existen muchos mitos acerca de aquella época.

Indagamos cuáles son los mitos medievales que deberíamos tomar con escepticismo.

1. Cristóbal Colón quería demostrar que la Tierra era redonda

Como se hace evidente desde el punto anterior, en la época de Colón, la gente ya sabía que el planeta tenía la forma de una esfera, así que no hacía falta demostrarlo. Con su viaje Colón sólo comprobó que la Tierra era mucho más grande de lo que solían creerlo: el navegante suponía que podía alcanzar los mercados de Asia Oriental navegando hacia el Oeste. En vez de esto, Colón se topó con las Bahamas.

2. Los maridos les ponían cinturones de castidad a sus esposas

Todos conocemos ese terrible “dato” de que los nobles medievales, antes de emprender un viaje, les ponían a sus esposas aquella terrible construcción de hierro que cubría la parte inferior de su cuerpo. Pero sólo es un mito. No es nada más que un invento erótico de los tiempos modernos y una alegoría en las obras de arte.

3. En la Edad Media las personas no llegaban a la edad de 30 años

El índice promedio de la esperanza de vida en aquellos tiempos era tan bajo debido a un nivel alto de mortalidad infantil por enfermedades. Pero si la persona llegaba a la edad adulta y no había epidemias de enfermedades, tenía una alta probabilidad de vivir hasta los 60 o 70 años.

4. Las personas no se bañaban y sus cuerpos emanaban una pestilencia horrible

Claro que eran menos limpias que nosotros en la época del agua caliente, pero toda la gente se bañaba a diario, valoraba la higiene y evitaba a las personas que olían mal. Precisamente en esa época se volvió popular el jabón y los fabricantes de este producto tenían sus gremios en las ciudades grandes.

5. Las mujeres no tenían derechos

Por supuesto, la vida de las mujeres medievales era menos libre que ahora: la mayoría de ellas sólo tenía dos caminos: casarse o hacerse monjas. Aún así, las mujeres ayudaban a sus padres y maridos en diferentes profesiones y oficios, podían heredar y comprar inmuebles y estar a cargo de un negocio familiar. Además, había bastantes mujeres influyentes, por ejemplo, las abadesas de los monasterios y, por supuesto, las reinas.

6. Las personas medievales no usaban los cubiertos

En realidad, en esa época los cubiertos ya eran muy populares. Por ejemplo, el tenedor apareció en el Imperio Bizantino en el siglo VI y en Italia, en el siglo XI.

7. La iglesia frenaba el desarrollo de la ciencia y quemaba a los científicos en una hoguera

La mayoría de los científicos de la época Medieval eran eclesiásticos. Muchos de ellos no sólo no sentían represalias, sino que fueron premiados por sus conocimientos y sabiduría. Además, no existe ninguna prueba de que la iglesia quemara a alguien por su actividad científica. La historia con Galileo sucedió mucho después y está más bien relacionada con la época de la Contrarreforma que con la actitud de la iglesia hacia la ciencia.

8. Millones de mujeres fueron declaradas brujas y quemadas en las hogueras

El fenómeno conocido como “caza de brujas“ no era típico de la Edad Media, sino que surgió después (ocurrió en los siglos XVI-XVII). La iglesia medieval no sólo no se fijaba en las brujas, sino que también rechazaba su existencia hacia el siglo XIV. Más tarde, las brujas eran perseguidas no tanto por los eclesiáticos, sino por civiles. Por cierto, también hubo muchos hombres que fueron considerados ”brujos”.

9. Los feudales podían reclamar su derecho de la “primera noche” con la novia de su vasallo

En realidad, no existen pruebas de la existencia de esta regla. La mayoría de las fuentes coinciden en que sólo fue un mito o una mala interpretación de textos históricos.

10. Los caballeros siempre eran nobles y bien educados

No fue así para nada. Claro que toda la gente es diferente y entre los caballeros seguramente había personas que se comportaban bien, pero en muchas ocasiones, cuando los caballeros no estaban ocupados con batallas, se dedicaban a las juergas y aterrorizaban a la población local, violando a las mujeres.