Vamos a los supermercados casi todos los días, pero rara vez pensamos que algunos de nuestros hábitos de compras son erróneos. Sin embargo, estos detalles insignificantes a primera vista pueden provocar gastos innecesarios.
Conoce a continuación algunos de los errores más comunes y te cuenta cómo ahorrar en las compras.
10. Compramos alimentos en el orden equivocado
A veces se nos hace difícil limitarnos en la cantidad de alimentos que compramos. Pero sí podemos controlar que estos productos sean saludables. Las personas que no pueden aguantar las ganas de llenar su carrito de compras por completo, deberían empezar su recorrido por el área de las verduras: estas llenarán tu carro y te quedará menos espacio para las compras caras e innecesarias.
9. No sabemos los precios de los alimentos que compramos
Intenta memorizar o incluso anotar los precios de los alimentos que compras siempre. Esto te ayudará a evitar los descuentos falsos cuando el precio sigue siendo el mismo. Así no caerás en la trampa de la falsa promoción.
8. No planeamos las compras
No solemos planear el menú para toda la semana y deberíamos hacerlo. De esta manera sabrás qué alimentos necesitas comprar para preparar los platillos que quieres cocinar y evitarás comprar lo que no te haga falta.
7. No prestamos atención al peso de los empaques
Supongamos que el mostrador tiene dos barras de mantequilla iguales, una de ellas es un poco más barata que la otra. ¡No te apresures a comprar la que cuesta menos! Para empezar, fíjate en el peso del alimento. Tal vez la mantequilla más cara tiene un peso mayor y, de acuerdo con su peso, te conviene comprarla.
6. Menospreciamos las marcas locales
Casi todos los supermercados tienen su propia marca, que vende alimentos por un precio menor que la mercancía de los fabricantes famosos. En realidad, la calidad de los productos “locales” no es peor: la única diferencia es su empaque menos vistoso. Además, la mercancía local se fabrica en las mismas instalaciones que los productos de las marcas populares.
5. No probamos cosas nuevas
Muchas personas suelen comprar alimentos de la misma marca porque les da miedo probar algo nuevo. Sin embargo, los fabricantes de las marcas aún no conocidas a menudo venden cosas de mejor calidad e incluso más baratas. No temas hacer experimentos: esto no sólo te permitirá ahorrar, sino también encontrar un producto más sabroso y saludable.
4. No nos fijamos en las ofertas
Existen aplicaciones móviles que recopilan la información sobre las ofertas en todo tipo de tiendas que se encuentran a tu alrededor. Además de los precios, estas aplicaciones te permiten comparar el precio de la misma mercancía en las diferentestiendas y encontrar la mejor oferta.
3. No compramos alimentos baratos
Todo tipo de granos, cereales, azúcar, sal, especias y otros alimentos similares se pueden comprar a precio mínimo. Por ejemplo, el azúcar en una bolsa blanca no será nada diferente al azúcar en una bolsa colorida.
2. Tomamos alimentos de la primera fila
Para comprar el alimento más fresco, simplemente asómate en las profundidades del mostrador: los empleados de los supermercados colocan en las primeras filas los alimentos que caducan pronto. De esta manera no sólo comprarás la leche o la mantequilla más frescos, sino también ahorrarás porque no tendrás que desechar el alimento dos días después de su compra.
1. Caemos en las trampas de la mercadotecnia
El aceite vegetal con vitamina E, sal “sin organismos genéticamente modificados“, huevos con yema naranja: todos estos trucos influyen bien en las ventas. Sin embargo, antes de adquirir ese alimento tan ”especial”, piensa si de verdad lo es. Porque la vitamina E existe en las semillas de girasol, por lo cual, el aceite de girasol siempre lo tendrá. Por otro lado, los organismos genéticamente modificados sólo pueden estar presentes en los alimentos de procedencia vegetal o animal. Además, el color intenso de las yemas se consigue gracias a los aditivos especiales que se agregan en el alimento de las aves.