Susan Miller. Incomprendida, solitaria y masculina. Vivió su infancia bajo una tormenta permanente, en donde debió luchar contra su cuerpo, el cual se transformó en el de una mujer sin contemplar su voluntad. Sus padres quisieron convencerla, pero aquel infierno se volvió más tedioso durante su pubertad. Se refugió en el alcohol y en las drogas. Intentó suicidarse. Pero aquella transición, en la que acabaría siendo un hombre, fue el proceso que aseguró el encuentro con el propósito de la vida.
Una conocida agencia se sirvió de su imagen en los ochenta, cuando se puso de moda la mujer andrógina, con apariencia masculina. Aquella experiencia en la moda, sin embargo, precipitó su caída. De vestir marcas de lujo en sesiones fotográficas pasó a ejercer la prostitución y vivir en la calle. La desintoxicación y un entorno médico más comprensivo salvaron su vida. En el documental Mr. Angel (2013) retrató cada aspecto de su vida a la perfección.
Angel, o Buck Angel, utilizó tal fenómeno para trascender en el mundo de la pornografía. Se dio a conocer como “el hombre con vagina” (the man with a pussy), convirtiéndose en actor y productor de cine erótico alternativo. Un auténtico hombre de negocios, responsable de la realización de una serie de documentales pornográficos sobre la realidad transexual.
“Son películas de transexuales hablando de sexo, mostrando cómo tienen sexo o masturbándose, la idea es que se comprenda el cuerpo de los transexuales, normalizar esta realidad”, abundó este californiano de 54 años nacido en Los Ángeles. Buck Angel es hoy una de las voces transexuales más conocidas, aunque niegue ser un ícono. Se define como un “activista de los derechos humanos” y aseguró que “cada uno tiene que ser quién es, y hacerlo en sus propios términos, como él quiera”.
“Mis padres me criaron como a un chico”, dijo Angel. Vivió en el seno de una familia de clase media, tradicional y “típicamente americana”. Pensaron que la idea de ser chico, con el tiempo, se le iría. Pero no fue así. El comienzo de la adolescencia fue la peor época de su vida. “Empecé a ver que mi cuerpo se transformaba. Era un chico en mi cabeza pero me empezaron a salir pechos, comencé a lidiar con la menstruación, mi cuerpo estaba convirtiéndose en el de una mujer. Mis padres no sabían cómo luchar con esta nueva situación, y ahí sí que hubo problemas”.
De su adolescencia surgen las primeras peleas, las tentativas de suicidio, el abandono del colegio y de toda forma de educación. El consumo de alcohol, cocaína, entre otras drogas, y la prostitución. “El resultado de aquel choque con la sociedad fue que empecé a beber mucho alcohol, a consumir cocaína y otras drogas. Además, solía cortarme los brazos, la cara, los pechos, probé matarme de muchas formas, cortándome las venas de las muñecas, por ejemplo. Todo era porque la gente me decía que era una mujer”.
“Entre los 18 años y los 28 fue un desastre. Llegó a ser vagabundo y prostituto en Los Ángeles porque no tenía formación alguna. No tenía posibilidad de hacer nada, no tenía ni idea de cómo hacer dinero, mis padres me dejaron de hablar durante tres años porque me había convertido en un adicto a las drogas y en un vagabundo, era demasiado para ellos”, sostuvo.
Según Angel, su caída a la marginalidad se la debe a su fugaz paso por el mundo de la moda. “Odiaba ser mujer modelo, yo estaba allí todo el día tomando drogas y bebiendo alcohol. Era tan andrógino que entonces no se atrevían a decir si yo era un hombre o una mujer. Tuve la oportunidad de ser una gran modelo, pero no pude hacerlo, porque no era una mujer”, explicó. Su falta de interés hizo que pierda el empleo y su vuelta a Los Ángeles era un hecho.
Fue entonces cuando decidió ser un hombre con vagina. “Estaba cansado de que el mundo me dijera que no era un hombre, de que era una persona mala o desviada. Me dije que ya estaba bien. Mi vagina me dio fuerzas para asumirme así, me sentía bien con mi cuerpo”, aseguró.
Allí comenzó a trabajar junto a su pareja en la industria de la pornografía, aunque percibió -al poco tiempo- que no existían películas ofertadas hacia personas como él. “Me di cuenta que en el porno había películas con hombres transexuales, pero no vi ninguna mujer transexual, aquello me hizo entender que podía hacer algo que no existía antes”.
Así, empezó a realizar y protagonizar sus primeras películas porno. Suma una quincena de largometrajes de estas características. Además, ha recibido relevantes reconocimientos internacionales. Entre ellos figura un PorYes-Award, uno de los galardones al porno feminista y alternativo más importantes de Europa.
También le valió el prestigioso AVN (Adult Video News), considerado el premio Oscar del porno, como mejor actor trans en 2007. Angel se convirtió en el primer y único hombre trans en ganar este galardón.
“La gente me escucha porque soy un hombre con vagina. Aunque crean que lo que hago está bien, mal, o lo que sea, la gente me escucha; y me escuchan porque me ven como un hombre, aunque sea un hombre con vagina. Mi vagina se ha convertido en mi superpoder”, concluyó.
Vía: Infobae