La joven esposa de Hugh Hefner no está en su testamento ¡No heredará un solo centavo de Playboy!

El amor real no tiene precio, dicen.

El mundo acaba de perder a uno de sus visionarios. Hugh Hefner murió la noche del  miércoles 27 de septiembre a los 91 años, rodeado de sus seres queridos. El creador del imperio Playboy, que comenzó como una “simple” revista para adultos cuando tal cosa aún escandalizaba, logró convertir una simple revista para adultos en una compañía que lanzó a la fama a escritores como Stephen King y que ahora vende hasta perfumes.

Le sobreviven cuatro hijos y su esposa desde el 2012, Crystal Harris, “Miss Primavera 2009”.

Hefner comenzó a salir con Harris el 2009, cuando aún estaba con las gemelas Kristina y Karissa Shannon. El 2010, decidieron hacer su relación más oficial y después de un largo compromiso, se casaron el 2012 cuando Harris tenía 26 años y Hef, 86.

Muchos bromearon sobre la diferencia de edad y apuntaron que Crystal sólo tenía una razón para casarse con un hombre tan mayor como Hefner: una con muchísimos ceros.

Sin embargo, la escultural modelo habría firmado un acuerdo prenupcial que separaba sus posesiones y aparentemente Hugh Hefner jamás la agregó a su testamento de más de $50,000,000 dólares.

Los principales beneficiarios del susodicho documento son sus hijos. Se ha rumoreado que el menor, Cooper Hefner de sólo 25 años, se convertiría en la cabeza visible del imperio.

A pesar de esas formalidades, la familia del magnate, a través de sus representantes, ha asegurado que a la conejita “no le faltará nada”.

Los representantes de Harris se han limitado a pedir respeto “en este difícil momento para la familia”.

Playboy no ha anunciado aún sus planes funerales, pero Hefner compró una tumba en Los Angeles junto a Marilyn Monroe, su primera “chica de portada”.

El magnate admitió varias veces que una de las grandes tragedias de su vida fue nunca conocer a Marilyn Monroe en persona. Ahora su cuerpo descansará junto a ella el resto de la eternidad.

Una perdida para el mundo, pero no se puede decir que no vivió la vida al máximo. ¡Siempre te recordaremos, Hef!