Dicen que los sentimientos y las emociones siempre provienen del corazón. Pero en realidad, es la cabeza la que decide todo. Y en este proceso existen reglas estrictas, ecuaciones matemáticas y química pura.
12. Para el cerebro, el aspecto saludable y buenas costumbres son una señal de genética buena
A nuestro cerebro se le hace simpática la persona que se ve saludable y lleva un estilo de vida sano: come bien, le gusta moverse, se ve fresca y llena de energías. Nuestra materia gris interpreta esto como señal de buenos genes.
11. A partir de la sonrisa, el cerebro determina si es posible establecer un contacto cercano o si se trata de una agresión disimulada
La sonrisa es un tipo de mueca que adoptaban nuestros ancestros cuando algo invadía su espacio personal. Nuestro cerebro sabe distinguir una sonrisa sincera de una falsa, rastreando el movimiento de los músculos faciales. Así es como determina si la persona representa una agresión o está abierta para interactuar.
10. A nuestro cerebro le encantan las personas que se parecen a nuestros familiares, pero con una condición…
Las mujeres suelen elegir parejas que se parecen a sus padres o hermanos y los hombres, a aquellas que se parecen a su madre o hermana, siempre y cuando tengan una relación cálida y de confianza con estos familiares. En este caso el cerebro busca encontrar a un “doble” que tenga una gran probabilidad de reproducir la combinación de los genes fuertes parecidos.
9. Un poquito de grasa se ve bien
El cerebro percibe la grasa como una señal de que al organismo no le falta nada. Este órgano también sabe que si el cuerpo femenino pierde grasa, reduce sus probabilidades de concebir un hijo y la mujer se vuelve más irritable, debido al desequilibrio hormonal. Lo importante es encontrar el equilibrio sin dañar la salud.
8. La simetría y las proporciones determinadas también se ven bonitas
La simetría de las líneas es un indicador de la salud. Al mismo tiempo, al cerebro le gustan los rasgos prominentes y rudos en los hombres y las curvas en las mujeres. Evaluando el cuerpo de una persona, el cerebro visualmente calcula la relación entre la cintura y la cadera. Mientras que el ancho de los hombros o el tamaño del busto no le importan.
7. El cerebro sigue las tendencias de la moda y las toma en cuenta a la hora de elegir una pareja
Si al cerebro le hace falta experiencia o conocimiento, elige a alguien que se aproxima al estándar de la belleza aceptado por la sociedad. Por eso en la juventud nos enamoramos con tanta facilidad de los famosos y de quienes parecen supermodelos de la portada de Vogue.
6. Es importante hablar el mismo idioma. Incluso si solo es el idioma del amor.
Subconscientemente, nos gustan las personas que usan un vocabulario parecido al nuestro, se comunican con expresiones y frases que nos parecen entendibles y piensan igual que nosotros. El cerebro es pacifista y le gusta juntarse con las personas que comparten sus ideas para evitar conflictos.
5. Cuanto más contacto físico hay, mayor es la atracción. Si es que existe.
El cerebro percibe el contacto físico en dos etapas: primero reconoce quién es la persona que te tocó y luego evalúa este hecho. Tu cerebro considerará el contacto como agradable solo si ya existe una simpatía entre ambos. En este caso, cada nuevo roce intensificará la emoción.
4. La música vuelve a los hombres más atractivos para las mujeres
Los hombres les parecen más atractivos a las mujeres si en ese momento suena alguna música. Así que la expresión “las mujeres aman con los oídos” hace poco fue comprobada científicamente. En los hombres no se ha notado este rasgo.
3. Cuantos más intereses y valores parecidos hay, más le gusta la persona al cerebro
Dicen que los polos opuestos se atraen y que las líneas paralelas nunca se cruzan. Pero en la vida real, cuanto más cosas en común tengan dos personas, mayor será la probabilidad de que puedan hacer un buen equipo capaz de superar los obstáculos. En la naturaleza este tipo de parejas tienen mayores probabilidades de sobrevivir.
2. El cerebro es como una mamá: le gustan las personas responsables que te hagan sentir bien y cómodo
Siguiendo el instinto de reproducción, el cerebro elige a las personas responsables para que puedas criar a un hijo saludable. Pero sin una relación cálida, no se estará produciendo oxitocina ni vasopresina: gracias a estas hormonas, las personas se entienden con tan solo una mirada y superan el estrés más rápidamente. Porque criar a los niños no es una tarea muy sencilla.
1. Al cerebro le gusta besar a otras personas para escanear qué tan genéticamente compatibles son
El primer beso con tu pareja es el más importante. En el proceso se intercambian los fluidos de la boca. Tus receptores los analizan y envían la información acerca de los genes al cerebro. Si desde el punto de vista genético eres compatible con la persona, iniciará la producción de la oxitocina y serotonina. Así es como nace el amor.
Bono: Desde el punto de vista de la ciencia, el cerebro puede enamorarte de las personas equivocadas para que ganes experiencia
No te sientas mal recordando tus relaciones fracasadas. Cualquier decisión primero es procesada por el cerebro y, en fracciones de segundos, por ti. El cerebro intenta elegir lo más sencillo y lo mejor de lo que hay, pero si no tienes experiencia, te obligará a cometer un error. Cualquier fracaso es la experiencia que te enseña algo para tarde o temprano encontrar a tu verdadero amor.