10 Hábitos realmente asquerosos que tenía la realeza en el pasado

Siempre nos han contado nuestros profesores de historia que la época de las monarquías y las grandes familias de la realeza europea fue una época prestigiosa y de glamour, pero eso es lo que nos han hecho creer toda la vida.

La realidad recogida en los libros históricos es bastante diferente y recoge algunos hábitos realmente asquerosos hoy día que se distribuían por toda Europa. No era oro todo lo que relucía y las historias de estos monarcas van desde no ducharse hasta morir por la cantidad de comida que eran capaces de ingerir.

A continuación tienes las 10 historias más peculiares y reales sobre la realeza:

1. Rey Luis XIV de Francia

Probablemente no debía de tener muy contentos a los que trabajaban para él, ya que usaba su trono tanto para gobernar como de retrete, mientras llevaba a cabo sus funciones en la corte. Por si esto fuera poco, el rey aseguró que sólo se había duchado tres veces durante su vida por ello hacía que todas las habitaciones del castillo estuvieran llenas de flores y se rociaba con perfume a diario.

2. Rey Carlos VI de Francia

Según la historia, estaba mentalmente enfermo lo que le llevaba a hacer locuras como correr alrededor del castillo o no moverse durante un día porque aseguraba estar hecho de cristal. ¿Lo peor? No se lavó ni cambió su ropa durante cinco meses hasta que durante un momento de lucidez casi medio año después decidió que era hora de darse un baño.

3. Rey Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia

De acuerdo con los escritos encontrados, este rey no era la persona más higiénica del mundo ya que aseguraba que nunca se bañaba. El único tipo de limpieza reconocido que se vio nunca de este rey era limpiarse las manos con una servilleta después de comer.

4. Rey Adolf Frederick de Suecia

Este rey era un apasionado de un dulce de la época llamado semla, que consistía en un rulo lleno de crema. Puede no parecer asqueroso hasta que descubras que se murió de la cantidad de rulos de crema que llegó a comer. Durante el año 1771 ingirió 14 después de una copiosa comida de langosta y caviar. En el momento que se levantó de la mesa cayó fulminado en el suelo por ello es conocido como el rey que se comió a sí mismo hasta la muerte.

5. Rey Farouk de Egipto

Las leyendas dicen que este rey tenía una larga y amplia colección de pornografía de todo el mundo. Utilizaba los barcos para hacer contrabando con ello y cuando su reinado cayó la colección se distribuyó por todo el país.

6. Reina María Leonor de Brandeguro

Era de las pocas reinas de esta época que se casó con su marido por amor. Lo quería tanto que cuando el rey falleció, la reina hizo que le arrancaran el corazón para poder dormir con él a su lado. Metió el corazón en una caja de oro y lo colocó al lado de su cama para verlo cada noche cuando se iba a dormir.

7. Rey Carlos II de Inglaterra

En el año 1651, este rey empezó una asquerosa tradición: cada vez que se acostaba con una mujer cogía varios de sus vellos púbicos para con ellos formar una peluca. Cuando la peluca fue lo suficientemente grande para cubrir una cabeza la donó a un club escocés. En el año 1822, el Rey Jorge IV retomó la tradición e hizo su propia colección de vellos púbicos.

8. Juana I de Castilla

Madre del Emperador Carlos V de España pasó gran parte de su vida casada con Felipe el Hermoso. Cuando su marido falleció, el lugar de enterrarlo, Juana decidió guardar el cuerpo inerte de su marido en su habitación. Durante un año el cuerpo fue descomponiéndose pero Juana actuaba como si todavía estuviera vivo. Dormía con él y hacía que los sirvientes le hablaran, sin duda un poco loca estaba.

9. Rey Christian VII de Dinamarca

Durante el siglo XVIII los médicos que trataban a este rey estaban convencidos que la masturbación crónica era la causa de todos sus problemas. Estaba mentalmente enfermo lo que era probable que llevara a sus problemas con la masturbación.

10. Rey Enrique VIII de Inglaterra

Este rey introdujo el concepto de retrete portátil cuando decidió escoger a un chico de la corte para que le siguiera con esta caja durante todo el día para atender a sus necesidades. Era un trabajo muy respetado ya que pasaba tiempo con el rey y vivía en el castillo, aunque hoy día no creemos que fuera tan prestigioso.