Existen en el mundo descubrimientos antiguos tan misteriosos y desconcertantes que en muchas ocasiones la única respuesta posible parece ser la intervención de extraterrestres, viajes en el tiempo o el mundo paranormal. ¿Quién está detrás de estas invenciones? ¿De verdad fue la raza humana capaz de crear tales maravillas?
A continuación te presentamos una lista con 9 inventos de la antigüedad que siguen desconcertando a los científicos del siglo XXI:
1. La fórmula del acero damasquino
Allá por la época de las cruzadas, entre los guerreros europeos comenzó a extenderse el rumor de que las espadas empuñadas por los guerreros islámicos podían cortar un pañuelo de seda flotando en el aire o doblarse 90 grados sin sufrir daño alguno.
Hoy en día, la fórmula para fabricar acero de damasco sigue siendo un misterio.
Aunque se estima que las espadas probablemente fueron fabricadas con acero de crisol, un tipo de acero elaborado mediante un lento proceso de calentamiento y enfriamiento del hierro puro siempre en presencia de carbono, todavía nadie conoce el tipo específico de acero de crisol utilizado para producir una hoja de este tipo.
2. El disco de Festo
Esta galleta María gigante trae de cabeza a la comunidad científico desde el momento de su descubrimiento. Hallado en Creta en 1908, este disco de arcilla de 15 cm de diámetro parece pertenecer al 1.700 a. C. y alberga lo que se piensa que son 241 “palabras” creadas a partir de 45 símbolos individuales dispuestos en espiral.
Las teorías más extendidas defienden que podría ser una especie de partitura antigua para un himno o una oración dedicada a la deidad matriarcal, aunque hay quienes piensan que tal vez se trate de una antigua proto-máquina de escribir. Quién sabe.
3. El “fuego griego”
Numerosos científicos e historiadores se muestran muy curiosos acerca del “Fuego Griego” del siglo VII, un proto-napalm mortal utilizado en batallas navales disparado por los propios barcos que según cuentan los escritos, “se pegaba a la carne y era imposible de extinguir con agua”.
El Imperio Bizantino mantuvo la fórmula de esta peligrosa mezcla en absoluto secreto. En 2002, un equipo de National Geographic intentó comprobar este mito y realizó una posible lista de sus ingredientes. Para uno de los ensayos utilizaron una bomba de bronce y una mezcla de crudo ligero y resina de pino. ¿Los resultados? Destruyó un barco en minutos.
4. Espadas de Ulfberht
Las espadas vikingas denominadas Ulfberht fueron forjadas con un metal tan puro que continúan dejando estupefactos a los arqueólogos, puesto que siempre se ha dado por sentado que la tecnología necesaria para forjar dichos metales no se había desarrollado hasta hace 800 años. Sin embargo se han descubierto alrededor de 170 Ulfberhts datadas entre los años 800 y 1000 d.C..
5. Mecanismo de Anticitera
Descubierto en el fondo del mar en 1901 y posiblemente construido a finales del segundo siglo a. C., se estima que este intrincado dispositivo fue utilizado para calcular y mostrar información celestial, particularmente ciclos como las fases de la luna y un calendario luni-solar.
Todavía no se sabe quién lo construyó, quién lo utilizó, y para qué. Tampoco está claro por qué es técnicamente más complejo que cualquier dispositivo conocido hasta por lo menos un milenio después.
6. El pilar de hierro de Delhi que no se oxida
El “Pilar de Hierro de Delhi”, de más de 1.600 años de antigüedad, ha despertado numerosas opiniones entre los científicos en lo que respecta a su extraña resistencia al óxido. Existen dos teorías principales:
Aquellos que opinan que la situación y el clima templado de Delhi es parte clave de este fenómeno, y aquellos que afirman que la presencia de fósforo y la ausencia de azufre y manganeso en el hierro es lo que hace que no se produzca la oxidación.
En lo único que se ponen de acuerdo estas dos teorías es en que resulta un verdadero misterio saber cómo fue forjada esta estructura de 6 toneladas de peso. Independientemente de su naturaleza anticorrosiva, se trata de una impresionante pieza de ingeniería.
7. El manuscrito Voynich
El manuscrito de Voynich es una de las reliquias medievales más misteriosas que existen. Es un libro ilustrado de hace unos 600 años y su originalidad radica en que no se puede leer. Es el único libro en el mundo, que a pesar de nuestra moderna tecnología, no podemos descifrarlo.
Se estima que fue creado durante el siglo XV en Europa Central. Un librero anticuario polaco-americano llamado Wilfrid M. Voynich lo adquirió en 1912. Aparte de eso, todo es un absoluto misterio.
Todavía hoy, nadie ha logrado determinar qué es. Algunos sospechan que puede ser un texto cifrado por algún científico del siglo XV, y otros advierten que puede ser un conjunto de textos y dibujos sin sentido alguno.
Hasta hay personas que especulan con la posibilidad de que se trate de un trabajo extraterrestres annunakis. Por supuesto, nada de esto ha podido ser demostrado aún.
8. Dodecaedro romano
Alrededor de un centenar de estos dodecaedros se han encontrado en Gales a Hungría y al este de Italia, con la mayor parte encontrada en Alemania y Francia, datando alrededor del 200 d. C. La mayoría de ellos están hechos de bronce, pero algunos parecen también estar hechos de piedra.
La función o el uso de los dodecaedros se desconoce; ninguna mención sobre ellos se ha encontrado en relatos o cuadros de la época. Se ha especulado que los usos incluyen candelabros, dados o dispositivos para determinar la fecha óptima de siembra para los cereales de invierno.
También se ha sugerido que pueden haber sido artefactos religiosos de algún tipo.
9. Esferas de piedra de Costa Rica
Las esferas de piedra de Costa Rica son un grupo de más de quinientas petroesferas precolombinas ubicadas principalmente en el sur de Costa Rica.
Como conjunto, las esferas se consideran únicas en el mundo por su número, tamaño, perfección, formación de esquemas organizados y abstracción ajena a modelos naturales. Su gran valor radica en que se hicieron bajo condiciones tecnológicas y sociales consideradas muy difíciles en la actualidad.
Las esferas se produjeron y utilizaron durante un periodo que va del 400-500 d. C. hasta la conquista española, en un lapso cercano a los 1000 años.
La razón por la que fueron construidas no se conocerá nunca, ya que los vándalos las han movido casi todas desde sus ubicaciones originales, haciendo imposible probar teorías sobre su uso como calendarios o herramientas de navegación.