La limpieza es algo que cada uno de nosotros hace a su manera. Algunos salen muy decididos a combatir la suciedad y otros pueden tratar de evitar este momento a cualquier precio.
Recopilamos para ti algunas situaciones típicas de los que se esconden cada vez que ven un trapeador.
“Llegó mi mamá y gritó como loca porque había ensuciado la tetera. Después trató de limpiarla. Batió un nuevo récord: cuando la compramos tenía un lindo color anaranjado”.
“Limpiando encontramos esto. Aparentemente, nuestro gatito se está preparando para algo”.
“Joven, debería limpiar más a menudo. Hay un nido de araña en una tecla”.
La canasta básica sigue subiendo, así que tenemos que ser creativos buscando comida.
“Así le probé a mi esposa que ya era hora de hacer una limpieza profunda. Para que sepan, NO tenemos piso de azulejos”.
“Hoy me llamó mi mamá y dijo que encontró droga en mi cuarto. Que alguien me diga cómo le explico que es pasta térmica para la compu”.
“Al fin decidí limpiar el refri y encontré el plástico de la fábrica arriba. ¡Fue un regalo de Dios!”
“Así nos damos cuenta cuándo ya es necesario mover el sofá para limpiar”.
“Decidí trapear debajo de la cama. Aparentemente, mi hermano menor tiene un concepto extraño de reciclaje”.
¿Se habrá quedado sin platos limpios?
Cuando tienes tanta pereza de botar basura que aprendes nuevas variantes de almacenamiento.
“En serio, juro que iba a lavar todo el auto… pero me quedé sin batería”.
“Oh, resulta que sí tenía papa”.
“Sí, ya estamos en mayo. Sí, ya sé que hay que sacar el arbolito… pero qué pereza…”
¿A quién no le ha pasado?