Están ahí para hacernos sentir un poquito mejor… o no.
1. Los pezones masculinos
Cuando un embrión comienza a formarse, no hay diferencia entre hombres y mujeres. Con el tiempo de gestación, los varones reciben el cromosoma Y que diferencia su sistema reproductor de las mujeres. Los pezones son un rasgo heredado del aquel momento y no tienen ningún propósito. En casos anormales, cuando el hombre tiene una concentración de progesterona mucho más alta que la habitual, pueden crecer senos y en casos muy aislados, producir leche.
2. El apéndice
Nos acordamos de que existe solamente cuando nos duele lo suficiente como para que lo extirpen. Los científicos creen que es un sobrante de algún órgano que quizá tuvo utilidad en el proceso evolutivo. Extraerlo no provoca ningún cambio. Sin embargo, debo decir que existen algunas pruebas sobre las funciones del apéndice que pueden desmentir la inutilidad de este órgano, pero nada definitivo.
3. Vello corporal
En etapas evolutivas anteriores, el vello corporal servía para protegernos del frío y los machos lo usaban para cortejar a las hembras. En la actualidad no tiene uso, con excepción de las cejas, que sirven para proteger los ojos de la transpiración que cae de la frente y las pestañas, como barrera de basuritas que pueden entrar en nuestros ojos. Con el mismo objetivo tenemos los vellos de la nariz y de las orejas.
4. Muelas de juicio
Por lo general las personas no tienen espacio en la boca para estas cuatro muelas, así que provocan dolor y pueden incluso desplazar otros dientes, provocando que tengamos dientes torcidos.
5. Coxis
También conocido como “huesito dulce”, es la última pieza ósea de nuestra columna. En estapas evolutivas anteriores, los humanos teníamos una especie de cola para mantener el equilibrio y de eso quedó nuestra pequeña vértebra. Hay quienes dicen que aun ayuda al equilibrio, pero su principal función es provocarnos dolor cada vez que nos caemos de culo.
6. Los músculos extrínsecos del pabellón auricular
Suena difícil, pero básicamente es el músculo que permite que algunas personas puedan mover las orejas.
7. Músculo palmar
Podés ver si lo tenés o no poniendo las manos como en la imagen de arriba. Es un músculo largo y finito que recorre desde el codo hasta la muñeca y ya no existe en el 11% de los humanos modernos. Se infiere que debe haber sido muy importante para colgar y trepar. Los cirujanos usan este músculo para cirugías reconstructivas.
8. Músculo erector del vello
Es lo que nos permite tener “piel de gallina”. Los animales lo usan para erizar su pelaje y mejorar así su capacidad de aislamiento o para intimidar a otros animales. Los humanos conservamos esta habilidad aunque al haber perdido la mayor parte de nuestro pelaje, ya no tiene la utilidad que tenía en su origen.
9. Útero masculino
También denominado utrículo prostático o vagina masculina. Se encuentra en la próstata y es una glándula reproductiva masculina no desarrollada, otro vestigio del momento sin diferenciación de sexo por el que pasa todo embrión.
10. Los dedos del pie (excepto el pulgar)
El dedo gordo del pie está ahí para mantener el equilibrio. El resto de los dedos están ahí para ubicar muebles en la oscuridad de una patada y hacernos llorar.
11. Tubérculo de Darwin
Es un engrosamiento cartilaginoso en el borde de la oreja (aunque no lo tienen todas las personas). Es otro vestigio evolutivo de la punta de la oreja común de los mamíferos.