Tras extraerle cuatro dientes a una niña de cinco años, tuvieron que someterla a dos cirugías para remover un absceso gigante que creció en su rostro.
La hinchazón se extendía desde la parte trasera de la oreja de la pequeña Amelia hasta su mandíbula después de que fallara el antibiótico que se le sumnistró la primera vez.
Jody Owen, terapista de belleza, aseguró que temía que tras el fracaso de la primera operación causara septicemia en su hija.
“Estaba tan preocupada. Debido a que yo no hago escándalo ni grito, sentía que los doctores no me tomaban en cuenta y no sabía realmente lo que estaba pasando”, aseguró.
La madre de Amelia contó que los antibióticos que le daban a la niña no funcionaban.
“La segunda vez no quería que se convirtiera en septicemia y me preocupaba que algo más serio saliera mal”.
La primera vez que admitieron a Amelia en el Hospital Glan Clwyd, en Gales, fue el pasado 5 de septiembre y, antes de mandarla de vuelta a su casa, le suministraron antibióticos.
Dos semanas después el absceso no desaparecía, por lo que le dieron antibióticos más fuertes. sin embargo, debido a que tampoco funcionaron, fue reingresada al hospital el 22 de septiembre.
“El absceso abarcaba la mitad de su rostro”, aseguro Jody Owen.
Por tanto, los doctores la operaron inmediatamente y la mantuvieron en observación durante tres días antes de darla de alta.
“Después de la operación la mayor parte de la hinchazón se había ido pero la piel detrás de su oreja estaba muy dura”, comentó Owen.
“Pobre Amelia. Ha sido una niña muy buena pero fue una experiencia traumática para ella la segunda vez porque ya sabía lo que pasaría”, agregó.
Finalmente, aseguró que las únicas consecuencias que quedan es que los doctores le prohibieron a su hija asistir a gimnasia y nadar por algunas semanas.
Vía: Debate