Por su rara condición lo llamaban “Pony Boy”. ¡Fue una de las mayores atracciones del circo humano!

Fuera de lo que mostró en sus espectáculos, tuvo un vida desconocida, pero fascinante.

 

Durante muchos años Robert Huddleston fue conocido como “The Pony Boy” mientras se paseaba por distintas ciudades como parte del elenco de un circo humano que exhibía a personas con alguna característica especial, como la famosa mujer barbuda, por ejemplo.

Pero aunque alcanzó gran fama en el mundo de la entretención, muy poca gente conoció su historia de esfuerzo y perseverancia.

Robert, oriundo de Missouri, nació en 1895 con una deformidad en sus piernas,solo podía doblar las rodillas al revés de lo que hace una persona común, razón por la que tenía que desplazarse usando muletas o apoyándose en sus brazos, postura que le ganó el apodo que lo hizo famoso.

Pese a que cualquiera podría pensar que tuvo una vida triste y llena de dificultades, en realidad tuvo una existencia larga y plena, donde en todo momento cumplió su mayor anhelo: ser útil e independiente.

Desde pequeño decidió que su condición afectaría su vida diaria. Siendo solamente un niño ya ayudaba en la granja de su familia, ordeñaba vacas, ayudaba en los cultivos y era capaz de cargar pesados objetos.

Una vez adulto, decidió dejar el nido y emprender camino a la independencia total, para eso comenzó a trabajar como herrero y luego como carpintero, hacía muy bien su trabajo y era todo un ejemplo de esfuerzo, por eso comenzó a atraer turistas, quienes iban a verlo trabajar.

Se dio cuenta de que la gente lo seguía, que se interesaba en él y por eso creyó que ya era tiempo de dejar su empleo y dedicarse al circo.

 

Bajo el nombre de “Pony Boy”  comenzó una exitosa carrera artística, durante 36 años trabajó junto a otros “fenómenos” (como los llamaban es esa época) yrecorrió todo el país dando espectáculos junto al circo Tom Mix.

En los espectáculos mostraba su gran independencia para trasladarse y hacía demostraciones de fuerza ante un sorprendido público.

 

Cuando ya estaba en edad para retirarse, decidió hacerlo en la ciudad de Fremont y cambiar la vida bajo las luces por el trabajo en el sector automotriz, reparando y restaurando vehículos.

Finalmente la muerte le llegó de forma tranquila en 1970 a la edad de 75 años, habiendo llevado una vida plena y llena de logros.