Creemos que todo el que explora zonas peligrosas e inexploradas, se trate del Norte, el espacio o de sustancias radiactivas, es también un verdadero experimentador sobre sí mismo. Por eso hemos decidido escribir sobre aquellos cuyos experimentos son, para muchos, desconocidos, pero importantes para nuestra vida.
Estas personas serán “locas”, pero en el buen sentido de la palabra: solo podemos sorprendernos de su valentía. Aunque uno de ellos se haya sometido a un experimento por accidente.
Barry Marshall: el médico que se contagió a sí mismo
Hasta 1982 se creía que la gastritis y la úlcera estomacal eran causadas por el estrés y una mala alimentación. Pero Barry Marshall estaba convencido de que la razón era una bacteria, Helicobacter pylori, aunque sus compañeros se reían de su hipótesis.
Para demostrar que tenía razón, el científico bebió una solución de cultivo bacteriano. Una semana más tarde, comenzó a desarrollar los síntomas de la gastritis: dolor en el abdomen y vómitos, que pudo combatir con antibióticos.
Gracias a este descubrimiento, hoy se pueden curar las úlceras de estómago y, por ello, Marshall recibió un Premio Nobel.
Rob Rhinehart: el creador de una bebida del futuro
Para resolver el problema del hambre en la tierra, Rob Rhinehart ha inventado la bebida Soylent. Él afirmó que el producto puede sustituir a la comida, ya que contiene todas las sustancias necesarias para una persona. Para demostrarlo, él y varias personas más (por ejemplo, este hombre) se alimentaron solo de Soylent durante más de un mes.
Como resultado, consiguieron una enorme cantidad de tiempo libre, e incluso mejorar su salud. La única desventaja fue que esta dieta les pareció demasiado aburrida. Los médicos también advierten de que una alimentación constante a base de líquidos es peligrosa para los seres humanos. No obstante, se ha demostrado que utilizar Soylent de vez en cuando, no es tan terrible.
Werner Forssmann: el cirujano más valiente
En 1926, Werner Forssmann supuso que un catéter largo podía ser introducido en el corazón a través de una vena en el brazo. Esta hipótesis fue calificada de loca y se le prohibió comprobarla.
Entonces, sin contárselo a nadie, Forssmann practicó un corte en su brazo, introdujo en la vena una aguja con un tubo de medio metro de longitud y comenzó a moverla hacia el corazón. Su ayudante hasta huyó de miedo, pero, por suerte, Forssman hizo la prueba con éxito. Se hizo una radiografía, pero sus compañeros pensaron que era un truco y lo ridiculizaron.
Forssman se desilusionó y abandonó sus experimentos, pero 30 años más tarde se encontró con un Premio Nobel y, gracias a su atrevimiento, nosotros hoy en día podemos ver cómo funciona el corazón y eliminar coágulos de sangre.
El hombre con el nick “n3glv” convirtió su piel en negra
Este experimento lo llevó a cabo un usuario de Internet. Él se practicaba inyecciones de melanotan II, un activador de bronceado que se vende en el mercado negro.
“Michael Jackson al revés“, como lo denominaron en las redes sociales, ha experimentado efectos secundarios peligrosos: desde náuseas hasta problemas con el corazón y manchas en la piel. Si uno se excede con la dosis, se puede provocar incluso una insuficiencia renal.
Antes de este experimento, había una gran cantidad de personas que deseaban obtener de forma ”inofensiva” un bronceado rápido, pero ahora su número va descendiendo, gracias a él.
Nathaniel Kleitman, el padre de la ciencia sobre el sueño
El científico realizaba experimentos con el sueño y, con frecuencia, se utilizó a sí mismo de “conejillo de indias”: a veces no dormía durante 190 horas para descubrir qué cambios se producirían en el cuerpo.
Kleitman y su compañero, durante 33 días, vivieron en una cueva sin reloj ni luz de día al objeto de averiguar qué ritmo de vigilia-sueño tendría una persona sin señales externas. Como resultado de sus experimentos, hoy conocemos la existencia de las distintas fases del sueño.
Kevin Warwick, uno de los primeros cyborgs
Warwick es un investigador de robótica que cree que el cuerpo humano puede y debe ser “tuneado”.
En 1998 se colocó debajo de la piel un chip que le permitía encender y apagar la luz. Y cinco años después, vinculó su sistema nervioso con una mano electrónica que podía repetir los movimientos de la suya propia.
Kevin sueña con crear una tecnología que permita a las personas con discapacidad andar y a todo el mundo comunicarse a través de la telepatía.
Albert Hofmann, el padre del LSD
El químico Albert Hofmann descubrió por accidente los efectos psicodélicos del LSD y decidió explorarlos en profundidad. Tomó esta droga y fue a casa en bicicleta.
Hofmann escribió que la calle se había convertido para él en un cuadro de Salvador Dalí y los edificios tenían vida propia. El científico se asustó mucho y llamó al médico apenas llegó a su casa. Más tarde se dio cuenta de que su creación podría ser una cosa muy peligrosa.
Los siguientes experimentos fueron llevados a cabo ya con sus compañeros de trabajo.
John Stapp: la persona más rápida del mundo
En los años 50, el mundo todavía desconocía cuál era la fuerza g máxima que podría soportar una persona, hasta que apareció un médico militar llamado John Stapp. Se utilizó también a sí mismo para probar el experimento: alcanzaba una gran velocidad en un lanzador de cohetes para detenerse bruscamente, lo que es comparable con lo que siente una persona que sufre un accidente de auto a una velocidad de 100 kilómetros por hora.
Soportó una velocidad de más de 1000 km/h y una fuerza de 48 g, aunque antes se estimaba que las personas morirían con una de 18 g. Los ojos de Stapp saltaban por los aires, sus costillas se rompían, pero gracias a él, los ingenieros ahora construyen aviones mucho más seguros y todos los autos cuentan con cinturones de seguridad.
Neil Harbisson: un artista que, con seguridad, ve el mundo a su manera
Neil Harbisson es un artista visual que nació con una ceguera de colores (lo ve todo en una escala de grises). Conoció a Adam Montadon, un científico que le invitó a participar en un experimento para convertir los colores en sonido con la ayuda de una antena especial que transmite señales al cerebro. El experimento resultó ser un éxito y Neil estaba tan contento que solicitó que su antena fuera integrada directamente a su cráneo, cuestión que le ha acarreado la denominación de cyborg.
Neil ahora no solo “oye” los colores, sino que también puede ver la luz ultravioleta y la infrarroja, justamente, lo que los demás no somos capaces de percibir.
Paul Karason: un hombre azul
Paul Karason es el único de este listado que se sometió a un experimento por accidente. Pero, también, en cierto sentido, llevó a cabo un trabajo útil para la sociedad moderna, una prueba de que automedicarse puede ser altamente dañino para la salud.
Él sufría de dermatitis y tomaba grandes cantidades de antimicrobianos de plata. Pero no sabía que la plata se acumula en el cuerpo y puede teñir la piel de forma permanente de un tono azul-violeta.
Karason se volvió azul y ha tenido que vivir con ello. Afortunadamente, encontró a una mujer que lo amaba. No tuvo nada en contra a la hora de visitar los programas de televisión, solo le molestaba ser llamado “Papá Pitufo”. Paul murió en 2013, pero no por argirosis (así se denomina a su enfermedad).
¿Y qué piensas tú de estos experimentos? ¿Serías capaz de someterte a uno? ¿Y si te ofrecieran algo a cambio? Comparte tus reflexiones y opiniones en comentarios.