Si adoras tu trabajo hasta la locura, se dice que eres muy afortunado. Pero ¿qué se puede hacer si el trabajo te está volviendo loco día a día? Los actores mejor que nadie saben el sentido de la primera y segunda frase.
Decidimos encontrar verdaderos fanáticos, para mostrarles este artículo que se convirtió en una obsesión y nos llevó hasta la locura.
Johnny Depp, “Pánico y locura en Las Vegas”
El soñador loco y escritor sin reglas Hunter Thompson fue capaz de confiar en la mentalidad y personalidad de una sola persona: Johnny Depp. El actor a su vez se sumergió en una atmósfera vieja y dañina de periodismo gonzo. Depp vivió unos cuantos días con Thompson, se levantaba a las 8 o 9 de la tarde, se iba a acostar cerca de las 5 de la tarde del día siguiente y siempre usando la ropa vieja del escritor. Como resultado, despues de la filmación Johnny admitió que la imagen de Hunter se convirtió para él en un virus que acepta con felicidad.
Vera Farmiga, “El conjuro”
Las historias de terror siempre traen consigo grandes horrores y la película “El conjuro“ no fue la excepción. Vera Farmiga dos veces recibió un ”mensaje” de fuerzas sobrenaturales. El primero de ellos fueron 3 rasguños en su laptop. Se dio cuenta de ellos cuando hablaba por télefono sobre su papel con el director de la película. El segundo fueron rasguños en su piel; ella los vio después de las grabaciones, cuando regresaba a casa. Si estas fueron advertencias reales de espíritus o consecuencias de un papel es algo desconocido.
Bob Hoskins, “¿Quién engañó a Roger Rabbit?”
El papel del detective privado Eddy Valiant se convirtió en el más difícil del legendario actor. Hoskins tuvo que interpretar a los héroes cómicos durante 8 meses de grabaciones, ya que las imagenes de Disney eran dibujadas en la cinta de grabación. Más tarde, Bob confesó que las caricaturas lo perseguían y al final tuvo que acudir a un psicólogo.
Val Kilmer, “The Doors”
Durante un año Val Kilmer vistió ropa vieja de Jim Morrison y frecuentemente veía videos de sus conciertos intentando imitar la mímica y los movimientos del ícono del rock. Pasaba todos los días escuchando música de “The Doors“, aprendió 50 canciones del grupo e hizo una ”copia exacta” del famoso músico. Después de las grabaciones, el actor dijo que necesitaba ayuda para sacar el personaje de su mente.
Heath Ledger, “Batman, el caballero de la noche”
El perfeccionista hasta los huesos Heath Ledger se convirtió en una verdadera víctima de su papel. Al preparse para las grabaciones de “Batman, el caballero de la noche”, el actor se obsesionó con la creación del diario del Joker, reflejando en él el carácter multifacético del personaje. El cerebro de Ledger se sumergió tanto el reinado de un personaje inventado y se obsesionó tanto que no pudo desconectarse de la realidad. Para descansar, Heath comenzó a tomar tranquilizantes, somníferos y después analgésicos. El actor recibió un premio Óscar al mejor actor y también un título póstumo.
Adrien Brody, “El pianista”
La experiencia dolorosa fue una verdadera revelación y renacimiento para el actor. Edrien tuvo que rechazar el uso del auto, su departamento y el contacto con seres queridos, pero esto no fue suficiente para sentir el papel. Entonces Brody decidió dejar de comer y esto lo llevó hasta la desesperación, que se imprimió en su aspecto. Al actor le tomó casi 6 meses poder volver a su vida normal.
Shelley Duvall, “El resplandor”
El magnífico Stanley Kubrick siempre exprime las verdaderas emociones de sus actores, utilizando métodos peligrosos. Shelley Duvall sintió en ella toda la pesadez del perfeccionismo: lloraba durante casi 12 horas, escuchaba en su hogar múltiples reproches y toleraba la indiferencia del grupo de grabaciones, todo por el agotamiento emocional. Como resultado, Shalley tenía que “recuperarse” después de las grabaciones con un vaso de alguna fuerte bebida.
Linda Blair, “El exorcista”
Linda Blair tenía tan solo 13 años cuando se presentó antes los espectadores como Regan MacNeil. El horror en los temas religiosos fue un shock para un auditorio no preparado y la linda joven era la víctima más deliciosa de los periodistas. Fue así que en cada entrevista le hacían preguntas sobre Dios y el diablo, el paraíso y el infierno, para las cuales la adolescente no tenía respuestas. Incluso ahora Blair recuerda esta época con asco.
Janet Leigh, “Psicosis”
Janet Leigh se convirtió en una víctima del cine después de la legendaria cinta “Psicosis”: la chica nunca más volvió a ducharse. Solo se lo permitía una vez que estaban cerradas la puerta y las ventanas. Sin embargo, ella no disfrutaba de este momento ya que no podía desviar su mirada de la puerta.
Anne Hathaway, “Los miserables”
El trágico rol en la película “Los miserables” fue el reto más serio durante toda su gloriosa carrera. La actriz tuvo que despedirse de su cabello largo y adelgazar de 10 a 15 kilos en 20 días. Las víctimas afectaron su salud mental. Hathaway confensó que necesitó unas semanas para aprender a distinguir la realidad de la ilusión.