El extraño caso del hombre que vino del año 2256, se hizo millonario, lo arrestaron y desapareció

Un auténtico “viajero del tiempo” de 2003.

Los viajes en el tiempo siempre han sido algo por lo que los seres humanos se mueren por descubrir. Imagina viajar al año 3000, 4000, ¡10000! ¿Qué sería del mundo para esas fechas? ¿Quienes gobernarían? ¿Seguiríamos vivos? ¿Acaso una nueva especie tomaría nuestro lugar? Demasiadas preguntas que no tendrán respuesta probablemente nunca. Ahora, los viajes al pasado son algo también digno de ver, como lo fue este curioso caso de 2003, donde un hombre aseguraba venir de 2256 y que lo arrestaron por “saber demasiado”. Esta es su historia.

Allá por marzo del 2003, Andrew Carlssin fue portada de “Weekly World New” cuando destacaron que este hombre había sido arrestado por prácticas desleales en la bolsa, ya que Carlssin afirmó que tenía información privilegiada porque provenía de ni más ni menos que el año 2256.

El hombre de 44 años afirmaba que era un “viajero del tiempo” que sabía exactamente dónde invertir. De hecho, había realizado 126 operaciones con acciones de alto riesgo y tener éxito en cada una de ellas.

Tal y como se informaba, Carlssin comenzó con una inversión inicial de $800 dólares y terminó con más de $350 millones de dólares, muy al estilo de “Volver al futuro 2” cuando Biff se roba el almanaque deportivo con el que apuesta hasta convertirse en dueño de casi todo.

El SEC (la comisión de bolsa y valores de Estados Unidos) y el FBI empezaron a sospechar del “suertudo” tipo y lo detuvieron para interrogarlo, convencidos de que se trataba de tan sólo un mentiroso y que tenía acciones ilegales. Pero al ser interrogado, Carlssin les di un relato de cuatro horas de lo que venía 250 años en el futuro.

Su plan había sido ir al 2003 y comprar tan sólo lo necesario para vivir, pero fue atrapado por codicioso.

“Fue muy tentador resistir. En 2256, el conocimiento sobre la inestabilidad del mercado bursátil es algo tan común que cualquier persona que conozca la historia del mercado puede aprovecharlo” dijo el hombre en su momento.

Mientras más y más lo presionaban, él pidió clemencia, diciendo que si lo liberaban y dejaban ir a su “nave”, daría pruebas de ser un verdadero “viajero del tiempo” dando detalles históricos que incluían a Osama Bin Laden, la cura para el SIDA y la fecha exacta de la invasión de Iraq.

Se negó a revelar la ubicación de la llamada “máquina del tiempo” y a discutir cómo funcionaba, por temor a que la tecnología cayera en manos equivocadas.

Además de esta inexplicable trama, no había registro de él en ninguna parte. Incluso la foto impresa en el “New York Times” mostraba que ningún ciudadano sabía de él.

Actualmente, tanto la SEC como el FBI niega haber tenido alguna relación con el extraño hombre. Mientras que el abogado de Carlssin señaló que deberían haberse reunido en una audiencia en la corte el 2 de abril de 2003, este no se presentó, simplemente desapareció.

Algunos creen que Carlssin estaba envuelto en inversiones ilegales y que lo desaparecieron quienes lo contrataron, mientras que otros juran que es un auténtico viajero del tiempo.

Ahora, esto pasó en 2003, no es un año tan alejado, entonces ¿cómo es que jamás nos enteramos de esto? ¿Por qué recién lees esta información, que podría ser vital para el ser humano que quiera viajar al futuro, hoy en día?

Pues, porque simplemente el hombre jamás existió.

La historia de Carlssin se originó como una pieza de ficción en el “Weekly Worlds News” que mencionaba anteriormente, el cual es un periódico satírico, y que más tarde se repitió por “Yahoo! News”, donde su carácter ficticio se hizo menos evidente.

De ahí que otras revistas y periódicos lo replicaron como un hecho, y eso, mis queridos amigos, convirtió esta historia una de las más leídas como un “viajero del tiempo”.

El boca a boca, los foros de internet y más les han incluido datos únicos gracias a la creatividad de los lectores, pero esta historia es sólo parte de una persona con mucha imaginación y tiempo libre.

Aunque claro, muchos deseamos que esto sea real, ¿no?