Ser padres es una de las responsabilidades más grandes que una pareja adquiere a lo largo de su vida. Estamos conscientes de que no existe un manual que señale lo que debes o no hacer a la hora de educar a tus hijos. Sin embargo, existen situaciones que por lógica propia deben ser más que evidentes respecto al daño que le pueden ocasionar a los infantes.
Los concursos de belleza se han realizado a través de mucho tiempo pero certámenes infantiles bajo la misma temática, son tendencia en la actualidad. Muchas madres de familia, someten a sus pequeñas de entre 5 y 10 años o más, a distintos concursos de belleza los cuales atentan contra su etapa de infancia.
Incluso, hay padres que se atreven a lucrar con la imagen de sus pequeñas aprovechándose de la ingenuidad que todavía poseen, pues apenas son unas niñas que no tienen consciencia de lo que están haciendo.
Esta situación es algo que las puede marcar de por vida, ya que su niñez se les está arrancando de las manos al tratar de verse “perfecta” bajo los estándares que los mismos certámenes de belleza tienen.
Siendo tan pequeñas usan tacones, ropa ajustada y las maquillan incluyendo unos peinados extravagantes con los cuales, seguramente, no se sienten nada cómodas.
Para esos concursos infantiles, los padres gastan miles de dólares, todo para que la victoria de sus hijas, salga a relucir, sin importarles un poco los sentimientos de las pequeñas. Sin duda, más de una preferiría jugar a las muñecas en lugar de estar en una pasarela con un crónico dolor de pies debido a los altos tacones.
Hay quienes recurren a bronceado artificial, extensiones capilares, dientes postizos, depilaciones y hasta bótox. ¡Sí, bótox!
Por lo general, las madres de estas niñas, aspiran a que tengan papeles en algún programa de televisión o que sean la cara de alguna importante marca de ropa.
Existen varios reallity shows sobre estas pequeñas modelos que se llevan a cabo mayormente en Estados Unidos. Uno de los programas más populares es ‘Toddlers and Tiaras’ traducido como ‘Princesitas’ para Latinoamérica.
Vía: Carmín