Cody Hall, de la ciudad de Corby en el Reino Unido, nació con una marca de nacimiento enorme, por lo que su cara estaba deformada. Los médicos británicos se negaron a operar a la niña, pero los padres pudieron recaudar los fondos necesarios para su tratamiento en el extranjero. Después de 25 años y 18 operaciones, ella misma está trabajando en el departamento quirúrgico y se ha casado con el amor de su adolescencia.
La británica Cody Hall conoció a su futuro esposo, Lewis Holt, hace ocho años, cuando ella solo tenía 17. La boda entre Cody, de 25 años, y Lewis, de 27, tuvo lugar el 10 de noviembre en la iglesia de St. Michael, en el pueblo de Great Oakley. En su feliz fotografía no se puede notar que una vez la cara de la novia estuvo muy deformada.
Al nacer, la cara de Cody estaba cubierta por una enorme marca de nacimiento, presumiblemente, un hemangioma que distorsionaba gran parte de su rostro. Una foto de Teresa, su madre, junto a la bebé de 10 meses, apareció en el periódico Northamptonshire Telegraph en mayo del año 1993.
La familia de Cody compartió su historia con la prensa no por accidente: los médicos británicos se negaron a operar al bebé y les aconsejaron volver con ella cuando cumpliera seis años. Pero los padres de Cody no querían esperar hasta que ella creciera, y decidieron recaudar dinero para que su hija recibiera tratamiento en el extranjero.
La familia le pidió ayuda a la gente a través del periódico local Evening Telegraph, y después de unas horas comenzaron a recibir las primeras donaciones. Apenas seis semanas después de la publicación de la historia, los lectores ya habían juntado 100 mil libras para la operación del bebé. En menos de un año, la cantidad de dinero recaudado para el tratamiento de Cody superó las 230,000 libras, lo que permitió que la niña fuera tratada por un especialista líder en el Hospital Roosevelt de Nueva York.
Después de la primera operación en julio de 1993 a la edad de un año, Cody regresó varias veces a los EE. UU. y pasó por una gran cantidad de procedimientos, como estiramiento facial, injertos de piel, limpieza abrasiva, cirugía ocular y láser.
Durante 14 años, su cara pasó por un total de 18 operaciones. Cuando tenía 15 años, Cody le dijo a The Telegraph que durante todo ese tiempo ella había sido acosada por preguntas incómodas y por las miradas inquisitivas de la gente.
Cuando pasé a la escuela secundaria, muchas personas me hacían preguntas, y la gente de la calle se me quedaba mirando fijamente. Ese tipo de atención me ponía muy triste, y en casa me quejaba de que ya no podía soportarlo más.
Pero años después fui aceptada tal cual soy. Ahora la gente a veces se acerca a mí en la calle y dice: “¡Buen trabajo!” o me expresan que están muy contentos por mí.
Ahora la chica trabaja en el departamento de cirugía del Hospital Kettering. Ella espera que su rostro nunca necesite más intervenciones quirúrgicas.
Cody compartió que el día de su boda fue muy emotivo para ella y que rompió a llorar cuando vio a su esposo en el altar.
Solo quiero mostrarles a los ciudadanos de Corby y de las ciudades y pueblos vecinos, que las historias también pueden tener un final feliz.
La historia de Cody nos hace creer en la posibilidad de alcanzar la felicidad a pesar de todo.