Hoy en día, los teléfonos deberían venir con una advertencia: ‘No bebas y envíes mensajes.’ Muchos de nosotros nos hemos visto en esa situación, después de algunos tragos, emocionados con la vida pero con el bar cerrado y queriendo seguir con la fiesta.
De pronto tu ex, o esa chica de la oficina con la que has estado flirteando un poco, parecen las personas a las que les encantaría unirse a ti para una última copa. Con la lengua fuera, un ojo abierto, el otro bizco por la concentración mientras das manotazos incómodos a la pantalla con tu dedo índice, te maravillas con la poesía de la que eres capaz cuando las inhibiciones de la decencia social básica ya se han disipado.
Si tienes suerte, no habrá respuesta y te dormirás, para despertarte al día siguiente con nada más que una resaca y ciertos toques de vergüenza cuando te das cuenta de lo que has escrito.
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Y tú ¿Has enviado o recibido un mensaje de este tipo?
Vía: Panda Curioso
