Durante los años de investigación sobre nuestro cerebro, los científicos han identificado una gran cantidad de secretos y errores ocultos de forma segura en nuestra mente.
Para que entiendas mejor tu cuerpo, te proponemos “adentrarte en la cabeza” y averiguar cómo funciona:
1. Constantemente cambiamos nuestros recuerdos
Solemos pensar que nuestros recuerdos son una especie de pequeñas películas o videos. Se encuentran en algún lugar de nuestro cerebro y nunca cambian. Pero, en realidad, los acontecimientos del pasado se reconstruyen cada vez que pensamos en ellos.
En su contenido influyen las lagunas en la memoria y aquello que sucedió con posterioridad. Por ejemplo, no recuerdas quién estaba presente en aquella cena familiar, pero tu tía no se ha perdido nunca una sola reunión. Por lo tanto, con el paso del tiempo puedes incluirla en tus recuerdos, incluso si no estuvo allí.
2. Podemos tener un número limitado de amigos
Psicólogos y sociólogos extrajeron el número de Dunbar, el cual indica el máximo de personas con las que es posible mantener una relación estrecha. Así que, incluso si tienes miles de “amigos” en Facebook, la realidad es que solo puedes comunicarte con no más de 50 a 200.
3. Nos sentimos más felices si estamos ocupados
Imagínate que estás en el aeropuerto y tienes que recoger tu equipaje. En 10 minutos, llegas a la zona de recogida e inmediatamente aparece tu maleta.
Y ahora una situación similar. Solo que consigues atrevesar unos atajos y llegar a la zona de recogida de maletas en solo 2 minutos. Otros 8 minutos pasarán esperando tu equipaje.
En ambas situaciones, tus maletas estarán contigo pasados esos 10 minutos. Solo que en el segundo caso, estarás más inquieto e infeliz. Esto sucede porque a nuestro cerebro no le gusta estar ocioso, sino que prefiere estar ocupado. Y por el cumplimiento de otras tareas, nos recompensa con la dopamina, debido a la cual nos sentimos más felices.
4. Podemos memorizar solo 3 o 4 cosas al mismo tiempo
Los estudios demuestran que nuestro cerebro es capaz de memorizar 3 o 4 bloques de información a la vez. Además, esta información se almacena durante solo 20 a 30 segundos. Y luego, se nos olvida si no la repetimos una y otra vez.
Por ejemplo, estás conduciendo y hablando por teléfono (¡no lo hagas!). De repente, te dicen un número, pero no puedes apuntarlo, por lo que tratas de memorizarlo. Repites las cifras una y otra vez para almecenarlas en tu memoria a corto plazo, unos 20 segundos, hasta que cuelgues y las apuntes.
Por cierto, debido a que nos es más fácil memorizar 3 o 4 bloques de información, muchas cosas se componen de 4 dígitos o líneas. Por ejemplo, el número de teléfono, el de la tarjeta de crédito o este mismo párrafo.
5. No percibimos las cosas tal y como las vemos
Nuestro cerebro está constantemente procesando información a través de los sentidos. Analiza lo que vemos y lo presenta de una manera que podamos entenderla.
Por ejemplo, leemos un texto rápido solo porque, en realidad, no lo estamos leyendo. Percibimos la primera y la última letra y lo demás nos lo inventamos, porque ya lo hemos visto antes. ¿Recuerdas? “No ipmotra el odren en el que las ltears etsán ersciats, la úicna csoa ipormtnate es que la pmrirea y la utlima ltera esétn en la psioción cocrrtea”.
Como resultado, lo que vemos (las letras entremezcladas), es diferente a aquello que percibimos (palabras). Y esto sucede no solo con los textos.
6. El 30 por ciento de nuestro tiempo lo empleamos en soñar
Imagina que estás en el trabajo leyendo un documento importante y te das cuenta de que acabas de leer la misma frase hasta en 3 ocasiones. En vez de pensar sobre lo que estabas leyendo, tu mente divagaba por algún lugar.
Científicos de la Universidad de California aseguran que cada día nos pasamos soñando el 30 por ciento de nuestro tiempo, y a veces (durante un viaje largo) hasta un 70 por ciento. Pero eso no tiene nada de malo. Estos mismos estudios revelan que las personas a las que les gusta soñar son más creativas, resuelven mejor los problemas y les resulta más sencillo deshacerse del estrés.
7. No podemos evitar prestar atención a 3 cosas: comida, sexo y peligro
¿Alguna vez te preguntaste por qué la gente siempre se detiene cuando ve un accidente en la carretera? Nos referimos a que todos consideran este acontecimiento como algo terrible, pero aun así lo ven.
El responsable de esta curiosidad es nuestro “cerebro antiguo”: una zona responsable de la supervivencia. Su función es escanear constantemente el medio que le rodea y responder a 3 preguntas: ¿puedo comerlo? ¿puedo tener sexo con ello? ¿esto me puede matar? Comida, sexo y peligro son cosas importantes sin las cuales no habríamos sobrevivido, lo que obliga a prestarles atención.
8. Necesitamos una elección lo más amplia posible
Los científicos llevaron a cabo un estudio. En una tienda colocaron 2 mesas. Sobre una de ellas había 6 tipos de mermelada, y sobre otra, 24. Como resultado, el 60 por ciento de las personas se detenían para probar las mermeladas de la mesa con 24 tipos, pero compraban 4 veces más a menudo de la mesa con 6 ofertas.
¿Por qué sucede esto? ¿Recuerdas que nuestro cerebro puede tratar con solo 3 o 4 cosas a la vez? Tomar la decisión final es siempre más fácil de una posibilidad de elecciones menor.
Sin embargo, siempre queremos un amplio surtido. Nos encanta una gran variedad y más a menudo nos detenemos en la mesa con 24 tipos de mermelada, aunque finalmente acabamos comprando siempre lo mismo.
9. Tomamos la mayor parte de las decisiones inconscientemente
Tendemos a creer que todas nuestras acciones están cuidadosamente meditadas. Sin embargo, el 60-80 por ciento de las decisiones diarias parten de nuestro subconsciente. No reflexionamos cómo hacerlo, simplemente lo hacemos de forma automática.
Cada segundo, nuestro cerebro recibe millones de datos. Y con el fin de reducir la carga, una buena parte del trabajo lo realiza el subconsciente. Tomar las llaves, apagar las luces, cerrar la puerta y otras acciones de este tipo son totalmente automatizadas, por lo que ni siquiera pensamos en ellas.
Por eso, tan a menudo nos hacemos preguntas del tipo “¿He apagado la plancha?” o “¿He cerrado con llave al salir?”
10. No existen personas multitarea
Muchos estudios revelan que las personas pueden dedicarse a una sola tarea cognitiva. Prueba hablar y leer al mismo tiempo. O bien, escribe una carta a la vez que escuchas un audiolibro. Lo más probable es que no lo puedas hacer, ya que somos capaces solo de mantener la atención en una única acción.
Pero hay una excepción a esta regla. Si la segunda acción es física o automática (algo que haces con frecuencia), entonces podrás hacer las dos cosas a la vez. Por ejemplo, se puede caminar y al mismo tiempo hablar por teléfono. Pero, incluso en este caso, existe una elevada probabilidad de tropezar con alguien o perderse alguna parte de la conversación.